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Álvaro Núñez Benjumea ~ Ganadero

Final de la entrevista con el ganadero Álvaro Núñez Benjumea en la sección ‘España Brava’

Final de la entrevista con el ganadero Álvaro Núñez Benjumea en la sección ‘España Brava’

En la búsqueda de la bravura, la inquietud tiene que ser constante. No puedes dar nada por hecho. Además, el trapío es armonía, si no es armónico no puede desarrollar lo que caracteriza al bravo.

Por Carlos Arévalo Nonclercq
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:14h

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Alvaro Núñez Benjumea y su padre Joaquín Núñez del Cuvillo, descendientes de una familia que se inicia en la ganadería de bravo en 1793, entienden la bravura como un proceso vivo, en continua evolución. Hasta que empezaron en 1982, hasta hoy han pasado casi treinta años. Tres décadas para llegar a situarse en la élite de la ganadería de bravo mundial, lidiando este año treinta y dos encierros que han acaparado numerosos premios.
Guadanews ¿De dónde viene lo vuestro, cuáles son las sangres y los orígenes?
ÁLVARO La ganadería se forma a partir de las compras realizadas a diversas ganaderías, buscando siempre productos dentro de aquellas que atravesaban su mejor momento. Son animales que vienen de lo de Osborne, de Núñez, Atanasio, Torrealta, Marqués de Domecq, Sayalero y Bandrés, Juan Pedro…
Hoy la influencia de muchas de esas compras es meramente testimonial. De esa amalgama de sangres hemos ido seleccionando las líneas que queríamos.

GN A menudo se critica el monoencaste, que la mayoría de las ganaderías vienen de un mismo origen y condenan a otras al ostracismo. Pero la variabilidad es enorme. No debemos olvidar que, por ejemplo, vuestra ganadería y la de Victorino Martín, salvando posibles ramalazos extraños, vienen ambas de la más pura casta Vistahermosa. Pero es que dentro de lo de Parladé, en relación incluso con lo de Juan Pedro actual, una ganadería hoy con gran influencia en lo vuestro, hay notables diferencias.

A Me alegra que puntualices este tema. En definitiva, el origen del toro que conocemos hoy son refrescamientos dentro de una misma línea, la de los tamarones de Mora Figueroa, el primero que prestó atención al toro para la faena de muleta. En la nuestra tenemos muchas líneas de Tamarón. Pero las que formaron la ganadería hace más de veinte años fueron Juan Pedro, Osborne e Ybarra. Y uno dice: ¿Ybarra? ¿Santa Coloma? Bueno, Santa Coloma es Albaserrada y Maribel Ybarra. Pero luego pienso, también es innegablemente Ybarra. Luego el origen es realmente el mismo. Ten en cuenta que Tamarón venía de Maribel Ybarra. Las diferencias entre ganaderías de un mismo origen son enormes. ¿Qué tiene que ver hoy un toro de Fuente Ymbro con uno de Juan Pedro? ¿O uno del Ventorrillo con uno de Juan Pedro? Se habla del monoencaste, pero cada ganadero imprime su carácter. Y se habla mucho del encaste Paraladé, que fue ganadero tan solo durante diez años, cuando hoy tenemos ganaderos con más de treinta años dedicados profesionalmente a lo suyo.

GN Sintetizando, ¿cuáles serían los porcentajes de sangres?
A Podemos resumirlo en un 33% de Osborne, otro de Juan Pedro y otro de Maribel Ybarra, muy mezclado.

GN Nunca habéis tenido reparos en buscar sementales y vacas fuera para dar con vuestra particular alquimia de la bravura. ¿Era más antes, porque tenías menos base o seguís abiertos a nuevas incorporaciones?
A Ha sido más en la época de formación de la ganadería, ahora está más definida. Pero tenemos que ser prudentes. Si hay un ganadero que destaque de sobremanera, que tenga una misma línea que nosotros, podemos refrescar, que es la parte buena. Siempre se pierde algo de personalidad, eso está claro. Creo que los refrescamientos son buenos y todo lo que sea sumar es bueno. Para encontrar la bravura hay que escarbar, no aparece por sí sola. Una línea que hoy te está dando muy bien puede dar luego sementales que no son tan buenos.

GN En el fondo, de lo que se trata es de encontrar el mejor toro posible para el toreo. Extrapolando al mundo del caballo de rejoneo, pienso en Pablo Hermoso de Mendoza y otros rejoneadores, cuando hablan de las ganaderías, razas y líneas de caballos. Lusitanos, españoles, hispano-luso-árabes… Al final lo que se busca es el caballo de torear.

A No hay más historia. Aquí cada vez estamos más centrados en la bravura, que es el objetivo que perseguimos. Se habla muy fácilmente de ella, pero es el sustento de la ganadería. Y si no estás atento, tiende a desaparecer. La inquietud tiene que ser constante. No puedes dar nada por hecho.

GN ¿Cómo es morfológicamente el toro que buscáis? ¿Cuál es para ti el ideal de toro bravo?
A Empezando desde adelante hacia atrás, el toro tiene que tener la cara bien formada. Con más o menos pitones, pero que los tenga bien conformados. Normalmente son los que tiene una vuelta hacia dentro. Los toros con los pitones engatillados, hacia arriba, tienen más tendencia a embestir. Pitones largos, de mazorca fina. Es algo en lo que influye mucho la alimentación.

No nos gustan los toros de morrillo exagerado, sino más bien sueltos de morrillo. Porque si no, les cuesta mucho más trabajo descolgar (embestir metiendo la cara abajo). Preferimos que sean estrechos de pecho, que cabe mejor en la muleta y se mueve mejor, con más soltura. El toro más ancho de pecho casi siempre es más bruto. Buscamos que tenga un cuello largo, que sea bajo y fino, pero que esté rematado. El hábitat, en nuestro caso, nos ayuda mucho para tener un toro fino.

GN ¿Por qué se meten tanto algunos con el trapío de lo vuestro?
A Yo creo que el toro bravo es un animal mediano. Lo que hace que el toro de miedo no es el tamaño si no la velocidad, su capacidad de reacción, su bravura. El toro fino es el que tiene viveza. Los toros grandes son mastodontes. Son más torpes y tienen reacciones completamente distintas a las que se buscan en un toro bravo.

GN ¿No está un poco perdida la gente en la definición del trapío?
A El trapío es seriedad y armonía. Las dos cosas. Si no es armónico no puede desarrollar la capacidad y transmisión que caracterizan al bravo.

GN Hablemos del manejo del toro. Tendemos a un ordenamiento lógico y racional. Pero el toro es un animal salvaje y territorial, condicionado por su entorno, la relación con sus congéneres y su procura alimenticia. Este sedentarismo, a pesar de las grandes extensiones utilizadas para su crianza, el comer a mesa puesta, los periódicos saneamientos, el enfundado de los pitones, el excesivo manoseo, ¿no va todo esto en detrimento de la bravura?, ¿no es una forma de domesticación?
A Sin duda. Muchas de las cosas que dices son ciertas. El toro ha pasado de un estado semisalvaje a un estado semidoméstico. Pero también hay un tema que la gente tiene que conocer. Nosotros tenemos fincas enteras que son un mismo cerrado para toros; fincas de cuatrocientas hectáreas. Y en esa gran extensión buscas al toro 44 y siempre está en el mismo sitio. Porque el toro es un animal muy territorial. Si me preguntas si el exceso de manejo ha afectado en el comportamiento del toro, pienso que sí. Aunque también el toro está hoy mucho más seleccionado en base a su bravura. Además, el que ha sido menos manejado, se estresa muchísimo más cuando sale a la plaza. A nosotros nos ha beneficiado este manejo. Porque teníamos muchos toros que se rompían de salida y no llegaban a los finales. La lidia de hoy es muy dura y exigente hasta el final. De esta forma el toro se dosifica mejor.

GN ¿Vosotros corréis también a los toros?
A Como todo el mundo. Pocos ganaderos creo que no lo hagan. Con ello buscas fortalecerlos y prepararlos para esa lidia tan exigente. Pero esto también supone una dificultad añadida. Con un animal menos preparado se notan menos los defectos, se tapan las carencias de bravura. Cuando el toro está fuerte como un atleta es cuando desarrolla todas sus virtudes y todos sus defectos.

GN En relación a las dimensiones de las fincas, hay gente que piensa que con la genética basta. Que no hace falta tanta hectárea.

A El espacio si es muy importante. Tienes que pensar que las hechuras, la finura del toro y la conformación de los pitones, están muy relacionados con el hábitat y el manejo. Nuestros toros comen muy poco pienso y mucho pasto natural. Cuando un toro come mucho pienso tiene más caja, pero los pitones mucho más gordos, más débiles y más cortos. Victorino, con el que discrepo en algunas cosas pero coincido en otras muchas, dice con razón que el enfundado de los pitones, para evitar que se estropeen, viene motivado por un fallo de alimentación, por una crianza excesivamente artificial.

GN Tenéis unas de 2.300 cabezas de ganado bravo, en una superficie de 2.300 hectáreas repartidas en cinco fincas. O sea, un animal por hectárea, para producir 32 corridas este año. Es una densidad bajísima de animales.

A Y la queremos bajar aún más, aprovechando que han bajado los precios de las fincas. Este año tenemos 760 vacas, contando las sesenta eralas aprobadas. Y luego, la parte correspondiente de machos. En total unos 2.200 animales. Venimos herrando 250 becerros al año, de los que se lidian como máximo el 60%. Del resto, una parte importante se quema a puerta cerrada, en pruebas para sementales. Otros se desechan porque son animales defectuosos.

GN ¿Cómo halláis la rentabilidad con tanto terreno, tanto animal, gastos de manejo y saneamiento?
A Para nosotros es rentable. A menudo se nos echa en cara esto como algo peyorativo. También el que la ganadería sea tan larga. Pero que estén tranquilos: el día que deje de serlo será porque nuestra ganadería no embiste.

GN Victorino Martín hijo afirmaba que con menos de 350 vacas en una ganadería no puedes hacer nada. Por todos los temas de viabilidad genética, de endogamia y del resto de factores a tener en cuenta.

A Depende de muchas cosas. Un ganadero puede serlo, y me parece fenomenal, con cien o ciento cincuenta vacas. Depende de la necesidad y de la dedicación. Si es alguien que trabaja en un banco, pues es banquero y tiene su ganadería. Para nosotros, nuestro trabajo es este. Vivimos dedicados a esto.

GN Teníais 803 vacas el año pasado y habéis quitado bastantes. ¿Cuál es vuestro criterio?
A Las notas de tienta son subjetivas. Tentamos entre doscientas y doscientas cincuenta vacas al año. Pero hasta hace dos, aprobábamos las vacas con nota de siete sobre diez. A partir de entonces las de nota ocho: aproximadamente un 30% de vacas. Este año, al ver que eran un 39%, lo hemos hecho sobre una puntuación de nota nueve, quitando ochenta de ellas. Preferimos una vaca nueva muy buena con mejor nota que una vieja, aunque de bien, con menor puntuación.

Al final, lo bueno y lo malo que tiene esto, es que todos los cálculos de probabilidades son muy relativos. Luego el toro tiene que salir a la plaza. Si salen toros como los de la primera corrida que lidiamos este año en Madrid, funcionaremos mejor. Y si salen como los de la última, mucho menos. Esto es así.

GN Sí, pero todo el proceso de selección, todo el trabajo en la tienta, es fundamental.

A Nosotros quemamos un montón de toros para buscar sementales, unos veinticinco al año. De treinta y nueve que tenemos, sólo veintiuno, los de primer nivel, van a las vacas. Y de esos, cuatro o cinco cubren prácticamente la mitad de las vacas.

GN En las tientas, no sois partidarios de la que se hace con rama. Es decir, de ver solo a los animales en el caballo.

A Iría en contra de nuestros principios. No seríamos consecuentes. Lo que buscamos son los finales. ¿Para qué vamos a fijarnos en los principios?
GN Álvaro Núñez nos habla aquí de la búsqueda de toros que mantengan un alto nivel de bravura a lo largo de la lidia, de acuerdo con las exigencias actuales del toreo.

A Pensamos muy bien los toros que probamos para sementales. Los escogemos muy bien por hechuras y de las líneas que nos interesan. En definitiva, aunque lo otro es más barato, y nosotros al torearlos los quemamos, preferimos asegurarnos de esta manera. Buscamos avanzar muy rápidamente. La ganadería, insisto, es un proceso vivo. Los sementales que aprobaste hace cinco años no son los mismos que aprobarías hoy. De hecho, de los que tenemos hoy en las vacas, no hemos visto aún ningún macho. Aunque uno esté dando bien con las vacas, sacamos rápidamente uno mejor que él. Las tres reglas que tiene que cumplir un semental son: unas hechuras fantásticas, venir de un toro y de una vaca que dan muy bien y, finalmente, que hayan sido extraordinarios en la tienta. Generalmente, cuando reúnen esos requisitos, esos toros suelen dar bien.

GN Aunque Álvaro Núñez Benjumea insinúe el albur que supone la selección, el conocimiento profundo de todas las líneas que manejan él y su padre, su criterio de selección y su profesionalidad plena como ganaderos son una garantía de bravura. Nos dejamos en el tintero más temas interesantes para tratar. Pero de esos hablaremos la próxima semana.
Los ganaderos, Álvaro y Joaquin Nuñez. / Fotos: Campo bravo
Los ganaderos, Álvaro y Joaquin Nuñez. / Fotos: Campo bravo
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