El mensaje de las víctimas

Estos días huye de la televisión. Es demasiado el dolor, demasiada la similitud con el accidente del 3 de julio de 2006 en el metro de Valencia, en el que perdió a su hermana Maika. “Oyes la noticia y te sensibilizas muchísimo –explica–. Sientes una empatía brutal con las personas cuyo familiar iba en ese tren”. El miércoles 24, Beatriz tomaba algo en las fiestas de su pueblo, Torrent, cuando le contaron el desastre de Santiago. Su móvil empezó a hervir con guasaps de familiares de los 43 fallecidos en Valencia. El mensaje más común: “¡Qué dolor estarán pasando!”.

Estos días Beatriz se ve obligada a revivir su experiencia más dura, “sobre todo el desasosiego de no saber si tu familiar forma parte de las víctimas, de ver que desde el principio no aparece en la lista de heridos, e irte dando cuenta de que eso pinta muy mal”. A Beatriz le ha impactado revivirlo además “en días de julio, como estos, con un sol y un cielo azul que invitan a las vacaciones, la fiesta, y de repente te ves metida en una historia a la que es muy duro despertar”.

Beatriz Garrote no se ve capaz de enviar palabras de consuelo a las familias de la tragedia gallega, porque “no hay consuelo, y menos de una desconocida”. Pero sí tiene clara la utilidad de otras ayudas: “Es clave que cuenten con un equipo de expertos multifuncional, médicos, psicólogos, trabajadores sociales que les digan a qué ayudas tienen derecho…”. Son servicios que a las víctimas de Valencia no les duraron más allá de los funerales. “En realidad necesitas que te ayuden mucho más tiempo. Nuestros heridos, en cuanto salieron de la atención inmediata, quedaron a merced de los trámites o las colas habituales de la Seguridad Social”. Las víctimas de Valencia pasaron años sin que las recibiera ningún gobernante. Por eso su presidenta exige que el apoyo oficial sea mucho más que las meras condolencias de los políticos: “En una tragedia así yo no necesito compartir mi dolor con un desconocido, ni con un representante de la Casa Real o el Gobierno autonómico. Lo que necesito es que esas personas estén trabajando para solucionarme mis necesidades en esa desgracia. Espero que las familias de Galicia no tengan que pasar por nuestro calvario”.

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