Guarinos: “Jamás se ha negado colaboración al Ayuntamiento de Hiendelaencina. Quien diga lo contrario, miente”

La responsable de la Diputación explica que, lo que sí se ha exigido, es que esa posible colaboración debe plantearse teniendo en cuenta la depuración de las oportunas responsabilidades, por entender que la Diputación no puede asumir con dinero de todos los contribuyentes lo que corresponde pagar a las compañías aseguradoras.

“Desde la Diputación, y nos consta que también desde la Junta de Comunidades, hemos mantenido una relación de colaboración institucional leal desde el primer momento en el que se produce el vertido accidental. Se han puesto a disposición del alcalde todos los medios y recursos disponibles, pese a que el responsable de la gestión del agua es el propio Ayuntamiento”, asegura Ana Guarinos, subrayando además que “como no puede ser de otro modo, sí tenemos en cuenta la escasa capacidad y los pocos medios materiales y personales de un Ayuntamiento de estas características”.

Cisternas de agua, fontanero, técnicos de salud pública, responsables políticos de las distintas administraciones, etc… “hemos puesto día tras día todos los medios y trasladado todas las recomendaciones sobre posibles sociales para tratar de resolver el problema de los vecinos de Hiendelaencina, aunque la decisión última la ha tenido y la sigue teniendo el Ayuntamiento”.

Guarinos apunta que en este momento, “continuamos en la misma línea de colaboración y, como se ha dicho reiteradamente, jamás se ha negado la colaboración económico administrativa, pero para determinarla, el Ayuntamiento debe emprender las acciones oportunas contra todos los posibles responsables, sin excepción alguna. Lo demás sería injusto y una mala gestión del dinero y de los recursos públicos de todos los contribuyentes”.

Por último, Ana Guarinos asegura que la Diputación valorará la colaboración que proceda para restablecer la normalidad, una vez estén determinados los supuestos responsables y sus aseguradoras, y esté estimada la cuantía económica necesaria para resolver el problema, un extremo que resulta imprescindible para, en su caso, poder adoptar un compromiso de colaboración.