Una vez más, el machismo que subyace en el PSOE y en sus dirigentes en Castilla-La Mancha ha aparecido de nuevo en boca del señor García-Page para probar que, en el seno de ese partido predomina una preocupante falta de sentido común y coherencia.
Su ataque a la presidenta Cospedal es un nuevo ataque machista, uno más en una ya larga lista hacia la presidenta castellano-manchega que, desde que ocupa este cargo ha sido blanco continuo de insultos y salidas de tono machistas por parte de los dirigentes del PSOE y, especialmente, de su secretario general, el señor García-Page que, una vez más, utiliza una doble vara de medir desde una supuesta progresía de la que hace gala pero que, en realidad, no es tal.
Una vez más, el señor García-Page recurre al insulto y a la falta de respeto hacia la presidenta de todos los castellano-manchegos en un intento no sólo de no reconocer la excelente gestión de Mª Dolores Cospedal al frente de la Junta sino también de tapar la escandalosa mala gestión realizada por su partido al frente del Gobierno regional que dejo a Castilla-La Mancha en la más absoluta ruina.
¿Se imaginan si estas mismas declaraciones las hubiera realizado un dirigente del PP? Inmediatamente el PSOE habría salido en tromba acusándolo de machista y retrógado. ¿Por qué las mujeres del PSOE no han dicho nada en este caso?
Durante este tiempo, esperábamos que apareciesen las mujeres del PSOE para afear la actuación del señor García-Page, pero tras el sonoro silencio por su parte nos vemos obligadas a evidenciar lo que resulta inadmisible por lo que creo que sería bueno que pidiera disculpas a Mª Dolores Cospedal, mujer que hoy representa como presidenta a todos los castellano-manchegos.
"Quien me insulta siempre, no me ofende jamás", decía Víctor Hugo pero en este caso, tenemos que salir, además, en defensa del importante papel de las empleadas del hogar -que no "chachas", señor García-Page- porque gracias a que estas mujeres están en la vida de miles de familias en España es posible que las familias puedan compaginar la vida profesional y familiar. Así que, señor García-Page, le pido el mayor de los respetos hacia un oficio que merece el mayor de nuestros reconocimientos.
En sus declaraciones, el señor García-Page utilizó un término que, hoy por hoy en pleno siglo XXI está desfasado y que conlleva un cierto tono despectivo hacia las mujeres que realizan un trabajo tan digno y respetable como son las tareas del hogar a las que, sin duda, también ha faltado el respeto y con quienes también debería disculparse.
Señor García-Page, le recuerdo que desde hace tiempo se denominan empleados de hogar y que, además, pueden ser mujeres y hombres, al igual que también pueden y deber ser mujeres y hombres quienes pasen la aspiradora en casa, si queremos avanzar en la corresponsabilidad en el hogar y en la conciliación de lo público y lo privado, como desde hace muchos años venimos luchando las mujeres.
Empeñarse en mirar la paja en el ojo ajeno, y no ver la viga en el propio es una actitud que deja a cada cual en el lugar que le corresponde; por lo que también es de aplicación aquello de que: "no ofende quien quiere, sino quien puede". Y en relación a la aplicación de igualdad entre hombres y mujeres, está claro que el PSOE del señor García-Page debe aplicarse aquello que dijo Einstein: "Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera" y con declaraciones como éstas, desde luego, el ejemplo deja mucho que desear.
El peligro de la incoherencia es que cuando se enquista en un partido, se empieza, predicando una cosa sobre la mujer y poniendo en práctica la contraria y, se acaba defendiendo que en democracia no gobiernen quienes más votos reciben de los ciudadanos, sino aquellos que menos apoyos tengan dando la espalda a la filosofía de que sea la voluntad del pueblo la que predomine a la hora de gobernar. Y olvidando que: "todos los males de la democracia pueden curarse con más democracia" no con engañosos eslóganes publicitarios. Porque como vemos a menudo, en el PSOE, no es lo mismo predicar que dar ejemplo.
Carmen Quintanilla
Presidenta Nacional de la Confederación de Federaciones y Asociaciones de Familias y Mujeres del Medio Rural (AFAMMER).