El Geoparque recibió la visita de 63 alumnos del Colegio Teresiano del Pilar de Zaragoza

Más de 60 alumnos de 6º de Primaria del Colegio Teresiano del Pilar de Zaragoza visitaron ayer el Museo Comarcal de Molina de Aragón y el Barranco de la Hoz, dentro del programa de actividades para escolares que desarrolla el Geoparque de la Comarca de Molina de Aragón-Alto Tajo, a través del Museo molinés.

El Museo Comarcal de Molina aparece en la ‘Guía de recursos para escolares de la provincia de Guadalajara’ que edita la Diputación Provincial y entre las actividades ofertadas a los centros educativos para el curso 2014-2015 se encuentran la visita al Museo y otros lugares emblemáticos del Geoparque, como el Barranco de la Hoz, el castro celtibérico “El Ceremeño” de Herrería y el entorno de Rillo de Gallo, donde aparecen grabados paleocristianos y huellas de dinosaurios.

Los alumnos del colegio zaragozano, procedían del Aula de la Naturaleza de Daroca (Zaragoza), donde se encuentran disfrutando de tres días de actividades educativas y, una vez en Molina de Aragón, fueron recibidos por José Antonio Martínez, geólogo del Museo Comarcal. A través de las distintas salas, el geólogo les descubrió cómo ha evolucionado la vida en nuestro planeta, desde los primeros organismos que conocemos a través de los fósiles, en la sala de Paleontología, pasando por los mamíferos y las aves que pueblan nuestro entorno natural, en la sala de Fauna, hasta llegar al hombre, en la sala de Evolución Humana, que fue diseñada por la Fundación Ancestros, presidida por el paleontólogo Juan Luis Arsuaga, que tiene como objetivo divulgar las teorías sobre la Evolución Humana. Además, aprendieron a diferenciar los minerales de las rocas y descubrieron las costumbres de los moradores prehistóricos y prerromanos de esta comarca, a través de la sala de Arqueología.

En el Barranco de la Hoz, los escolares experimentaron un viaje a 245 millones de años atrás en el tiempo, cuando ese paraje estaba gobernado por enormes valles, que se abrían paso al pie de nuevas montañas, por los que discurrían cursos fluviales que arrastraban una cantidad importante de sedimentos. Las rocas formadas en este periodo guardan información de cómo eran aquellos ríos y torrentes; en qué dirección fluían; con qué periodicidad sufrían riadas o cómo era la vegetación que crecía en sus orillas.

A lo largo del presente curso escolar, el Museo Comarcal ha recibido la visita de varios centros escolares procedentes de Guadalajara, Azuqueca y Sigüenza, así como de otros municipios de las provincias colindantes, como Calamocha (Teruel) y Alcalá de Henares (Madrid).