La Columna de Carlota con Jota
La Columna de Carlota con Jota : Política y Caridad
jueves 12 de noviembre de 2015, 00:23h
Todavía está en nuestras retinas la foto del niño sirio muerto, en la playa, boca abajo. Entre todas las tragedias que suceden a diario en nuestro mundo, es ésta la que nos ha llegado al corazón. La foto es espeluznante.
Podemos preguntarnos cómo serían las fotos de los cientos o miles que están en el fondo del mar, niños y de todas las edades. O las fotos de otras muchas personas que están sufriendo en muchos países (también en el nuestro, pero por otras razones). No creo que fueran mejores.
¿Y qué podemos hacer nosotros? Esto es lo que me estaba preguntando. Poco antes, una buena amiga me dijo que estaba considerando acoger a un niño sirio. Decisión delicada.
Y, mientras estaba inmersa en estos pensamientos, otra persona comentó en tono de crítica que la alcaldesa de Madrid y la de Barcelona estaban pensando en organizar centros de acogida para refugiados sirios. Concluía que Madrid ya tenía suficiente deuda como para destinar dinero a otros menesteres. ¡uff! ¡qué gente hay por el mundo! Yo, por ejemplo, estoy de acuerdo en destinar un porcentaje de mis impuestos a ayudar a los necesitados. Y si no tienen suficiente con mi 0,7%, les puedo dar ideas para reducir varias partidas de gastos.
Pero la pregunta es muy válida. ¿Qué podemos hacer nosotros? Antes incluso: ¿Somos nosotros quienes tienen que hacer algo o son nuestros políticos?¿Debemos construir vallas y evitar que los trenes circulen para evitar que vengan a nuestros países?
Creo yo que la única solución duradera es promover las condiciones que permitan una buena vida en sus países, porque la simple ayuda a los refugiados no sirve (es necesaria en estos momentos, pero no constituye ninguna solución al problema de origen). Tampoco sirve abrir nuestras fronteras y dejar que vengan por millones. Tenemos capacidad para ayudar a muchos, pero no a todos.
Les cuento mi conclusión. En mi opinión, existen organizaciones internacionales que trabajan tanto para promover mejores condiciones de vida en los países de origen, como las que ayudan a los refugiados cuando todo ha fallado. Cada cual puede escoger la(s) suya(s) y hacerse socio por la cantidad de dinero que se puedan permitir al mes.
No espero que nuestros políticos hagan mucho para resolver estos problemas, y soy yo quien tiene que dar un paso adelante. No puedo ni debo permanecer inactiva.
Igual, por ejemplo, que si quiero una buena educación para mis hijos y en muchos casos me la tengo que pagar yo, en este caso si quiero que alguien ayude en estos problemas, también tengo que pagarlo por fuera de mis impuestos.
Muchos de nosotros no tenemos capacidad para ayudar a estas personas, pero podemos donar algo de dinero y entre muchos “algos” hay organizaciones que hacen maravillas. Léase, en este caso, Acnur, por ejemplo (Agencia de la ONU que ayuda a los desplazados). Que cada cual escoja la suya para este u otros problemas: Caritas, Unicef, Amnistía Internacional, Médicos sin Fronteras, Cruz Roja, etc.