En diciembre de 2010, miles de personas se quedaron tiradas sin poder viajar a sus destinos. Las bajas masivas por estrés que dijeron sufrir los controladores aéreos –que ganaban 350.000 euros de media al año–, fueron calificadas como una huelga salvaje y encubierta contra la bajada de sueldo del 39 por ciento. El Gobierno ordenó el cierre militar del espacio aéreo y la declaración del estado de alarma. Hoy, los afectados siguen reclamando que alguien pague por aquello y los controladores ganan, de media, solo 183.453 euros al año. Nos sentimos humillados y ninguneados por AENA y los controladores aéreos. Fue un abuso y sentimos mucha frustración al ver cómo no avanza el proceso. La semana que viene cojo otro avión y el miedo a que me vuelvan a fastidiar está ahí”, explica Elena Fuente, presidenta de la Asociación de Afectados por el Cierre del Espacio Aéreo en diciembre de 2010.Elena y su familia viajaban aquel día a Fuerteventura para celebrar el cumpleaños de su marido. En mitad del vuelo, el piloto les informó que no podían aterrizar en Canarias ni regresar a Madrid porque había “problemas con los controladores”. Después de pasar media hora “dando vueltas a miles de metros de altura”, les explicaron que había dos opciones para aterrizar: Marruecos y Portugal. Si quieres leer más sobre este y otros reportajes, descarga la revista en PDF.
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