El PSOE, único partido que empeoraría su resultado respecto al 20-D
Sánchez se dejaría de 1 a 3 escaños y más de 465.000 votos, mientras que Rajoy sumaría hasta cuatro diputados. Rivera lograría entre uno y dos nuevos parlamentarios.
domingo 21 de febrero de 2016, 09:45h
Dos meses después de las elecciones generales de diciembre, la encuesta de NC Report para LA RAZÓN deja una radiografía del electorado prácticamente similar, aunque con una pequeña subida en favor de Partido Popular (PP) y Ciudadanos. Mientras, en el bloque de la izquierda, el PSOE bajaría en la misma proporción que podría subir Podemos.
El sondeo, realizado entre el 10 y el 18 de febrero, en 117 municipios de las 17 comunidades autónomas, señala que el PP subiría dos décimas, lo que en escaños supondría una horquilla de entre dos y cuatro diputados más, entre 125 y 127. Los populares perderían 380.752 votos con respecto a las elecciones de diciembre.
El partido de Albert Rivera también mejoraría ligeramente sus posiciones, tres décimas, lo que le supondría entre 1 y 2 escaños más (41-42 diputados). Ciudadanos se dejaría 145.541 votos.
El partido que sale peor parado, en el caso de repetirse los comicios, es el PSOE, que conseguiría 465.779 papeletas menos que hace dos meses, cuando ya cayó por debajo del suelo electoral que había supuestamente tocado en las elecciones de 2011, que otorgaron al PP una mayoría absoluta histórica.
El PSOE cae 0,6 puntos, y esto supone que podría perder entre 1 y 3 escaños, es decir, que se movería entre los 87-89 diputados. Mientras que Podemos podría conseguir entre uno y tres escaños más, pero esto se podría ver compensado, a la baja, con la caída en apoyos de sus confluencias.
El partido de Pablo Iglesias se dejaría 111.082 votos, aunque mejoraría el porcentaje de voto en cuatro décimas. Esto supone que podría conseguir entre 43 y 46 escaños. El problema para la formación morada es que En Común Podemos podría perder un escaño y Compromis Podemos, otro. O, en el mejor de los casos quedarse como están. En Marea también mantendría su estatus actual.
ERC y PNV, por su parte, se quedarían como están; Democracia y libertat podría perder otro escaño, lo que señala que el partido de Artur Mas no ha frenado aún su posible caída en respaldo popular; e IU también podría perder otro escaño.
Este sondeo desmiente, por tanto, la posibilidad de que en unas nuevas elecciones Podemos pudiese adelantarse al PSOE y convertirse en la segunda fuerza nacional y la primera de la izquierda en apoyo popular. Aunque el líder del PSOE, Pedro Sánchez, tampoco rentabiliza en las urnas las semanas de protagonismo absoluto que ha conseguido al provocar que el Rey Felipe VI le propusiese para que intentase lograr los apoyos necesarios para ser investido como presidente del Gobierno por el Congreso.
Sánchez se hizo con la iniciativa y consiguió, además, bajo la perspectiva de su investidura, pacificar la guerra interna que ha había abierto dentro de su partido después del mal resultado que consiguieron en las elecciones de diciembre. Sin embargo, ni ser candidato a la Presidencia ni tampoco su gestión de los contactos para buscar los apoyos parece que estén sirviendo para reforzarle ante el electorado.
De haber nuevas elecciones, y de concurrir el PSOE de nuevo con Sánchez como candidato, el resultado sería aún peor del que cosecharon en las pasadas generales.
Pero tampoco Podemos cumpliría en unas nuevas elecciones sus planes para dar el salto y adelantar al PSOE. La idea de que unas nuevas elecciones beneficiarían ostentosamente a los de Iglesias queda muy matizada en esta encuesta, ya que la mejoría es discreta, y está condicionada a la evolución de sus confluencias.
También habría que ver cómo concretaría su acuerdo de colaboración con las mareas de haber nuevos comicios en la medida en que Compromis ya ha decidido seguir su propio camino en el Congreso de los Diputados, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, también ha hecho ver que quiere más vida propia.
Desde las elecciones generales Iglesias ha apostado por una estrategia de presión al PSOE y de pugna por el liderazgo de la izquierda que ha trasladado la imagen de que más que dispuesto a facilitar un acuerdo que permitiese un Gobierno socialista lo que ha buscado durante todo el tiempo es forzar el adelanto electoral.
En sus gestos ha explicitado la humillación del líder del PSOE, ninguneándole y hasta enfrentándole a sus barones territoriales. Y en su programa también ha tensado la cuerda al máximo, con planteamientos absolutamente inasumibles para el PSOE, no sólo por el derecho a decidir, sino también en el terreno económico, fiscal. Y, por supuesto, en lo que afecta al organigrama del futuro Gobierno o en la política de nombramientos.
Esta estrategia ha asentado la idea de que los de Podemos están convencidos de que unas nuevas elecciones les servirían para conseguir la hegemonía de la izquierda, aprovechando que ya han ganado la partida al PSOE en el voto joven o al arrebatarle algunas de sus banderas ideológicas. Sin embargo, la encuesta no apunta en esa dirección.
Mientras, de la encuesta se desprende también que, ante unas nuevas elecciones, la participación bajaría en 4,1 puntos con respecto a la que hubo el 20-D, pasando del 69,4 por ciento al 65,63 por ciento.
En cuanto al reparto de votos por edad de los votantes, Podemos sigue siendo el primer partido entre los ciudadanos menores de 45 años, aunque baja al tercer puesto entre el segmento de 45-64 y al cuarto entre los mayores de 64 años. El PP, mientras, es el partido más votado por los mayores de 45 años, el segundo entre los menores de 30 y el tercero en el tramo de 30 a 44 años.