'L´elisir d´amore', de Donizzetti, este viernes en El Pósito seguntino
La proyección de esta obra será el tercer acto de la iniciativa 'Vive la Opera en Sigüenza', en la que el Ayuntamiento colabora con varios entusiastas del género, liderados por Zoila Paradela
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REDACCION
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redaccionguadanewses/9/9/19
miércoles 27 de abril de 2016, 10:31h
Este próximo viernes (20:00 horas/entrada gratuita) llega al Auditorio de El Pósito el tercer acto de la iniciativa Vive la ópera en Sigüenza. En este caso, se va a proyectar la ópera en dos actos, 'L´elisir d´amore', con libreto de Felice Romani y música de Gaetano Donizetti, estrenada en el Teatro della Canobbiana, de Milán, el 12 de mayo de 1832.
La que se va a proyectar es una versión de coro y orquesta de la Ópera de Viena, dirigida por Alfred Eschwé. Se trata de una grabación realizada en abril de 2005 que dura aproximadamente 130 minutos. Como en las dos ocasiones anteriores, Zoila Paradela, gran aficionada al género y promotora de una iniciativa con la que colabora el Ayuntamiento de Sigüenza, hablará antes y después de la proyección sobre autor e intérpretes, respondiendo además a las inquietudes que planteen los seguntinos.
Argumento
En el mundo idílico de un pequeño pueblo rural, la obra narra las desventuras amorosas –con final feliz- de Nemorino, un pobre y tímido campesino, enamorado de Adina, rica y caprichosa propietaria, que inicia la acción leyendo en tono burlón la historia del filtro con que Tristán consiguió el amor de Isolda (treinta años antes que Wagner).
El compositor presenta al personaje principal, Nemorino, con un aria en la que ensalza a Adina y se describe a sí mismo como un pobre ignorante. La llegada de un regimiento de soldados en misión de reclutamiento militar presidido por el fanfarrón sargento Belcore desencadena la trama. Belcore intenta, desde el primer momento, seducir a la rica heredera y le propone matrimonio, pretensión que aparentemente consigue gracias a la coquetería de la muchacha, que desea poner celoso a Nemorino.
Efectivamente Nemorino se siente celoso y cuando se quedan solos le declara su amor a Adina en un dúo de gran lirismo, en el que la melodía la inicia ella para repetirla él más tarde. Lo peor para Nemorino es que ella le rechaza y lo deja muy abatido. Entra ahora a la plaza del pueblo el charlatán Dulcamara con su carro lleno de elixires que lo curan todo. Se trata de un aria muy divertida, de claro personaje de ópera bufa.
Nemorino pide a Dulcamara que le venda el elixir de amor que venció a Isolda, deseo que no supone problema alguno para el charlatán, quien le vende una botella de vino de Burdeos como si fuera el brebaje mágico. El enredo está servido. Nemorino se bebe la botella y totalmente achispado juega a hacerse el indiferente ante Adina, que se extraña mucho de su comportamiento. Aparece Belcore y ella le anuncia que se casará con él dentro de seis días. A Nemorino no le asusta la noticia porque Dulcamara le dijo que los efectos del elixir se notarían un día después de haber ingerido el licor.
La cosa se complica cuando llega una orden para que el regimiento parta del pueblo al día siguiente. Belcore le pide a Adina casarse ese mismo día, y ella accede. Ahora si que Nemorino se asusta y le pide a Adina que anule esa boda, que espere un día por lo menos. Es un momento de gran lirismo y muy conmovedor. La desesperación del joven conmueve a Adina, aunque sigue adelante con los planes de boda.
Estamos en el segundo acto, Dulcamara que ha sido invitado a la boda canta con Adina una barcarola. Nemorino necesita comprar más elixir para conseguir a Adina y como no tiene dinero acaba enrolándose en el ejército. La muerte providencial de un tío rico de Nemorino y el enternecimiento de Adina ante la bondad y buena fe del pueblerino facilitan la reconciliación entre los jóvenes enamorados y una explosión de alegría final con la participación de todo el pueblo. En la versión que se va a proyectar, Adina es interpretada por la soprano Anna Netrebko, mientras que Nemorino lo es por el tenor Rolando Villazón.
La obra respira ingenuidad y juventud. La influencia rossiniana está presente en ella, pero el espíritu sentimental de Donizetti predomina en los momentos más felices de la ópera, como en la famosísima aria “Una furtiva lagrima” y en el concertante final del primer acto “Adina, credimi”. Sin embargo, la ópera tiene otros muchos momentos destacados como la hilarante presentación de Dulcamara “Udite o rustici”, típica página de bajo bufo con una retahíla de palabras altisonantes a toda velocidad, o la llegada del presuntuoso Belcore con el aria “Come Paride vezzoso” y, naturalmente, el aria final de la soprano “Prendi, per me sei libero”. Es una de las óperas más representadas de Donizetti, sobre todo desde que Enrico Caruso la convirtió en una de sus predilectas.