Su poder cruzaba los valles mineros hasta el palacio de gobierno de Asturias. Fue diputado regional, senador y, sobre todo, líder del sindicato minero SOMA UGT durante 34 años. José Ángel Fernández Villa, investigado desde que trató de lavar 1,4 millones de euros haciéndolos pasar por una herencia, se jubiló hace 20 años con una pensión máxima por invalidez que ya supera los 2.500 euros mensuales.
Documentos de la empresa pública Hunosa muestran que pudo disfrazarse de accidente en la mina lo que fue la caída de una caja de sidra sobre la cabeza del Tigre durante una fiesta en Rodiezmo. Una señal suya podía hacer que 23.000 mineros salieran a quemar Asturias. Con ese ejército, José Ángel Fernández Villa, el Tigre, fue ganando poder en el PSOE regional y en el Gobierno del Principado. La leyenda habla de que hacía y deshacía listas, ponía y quitaba presidentes.
Amigo de Alfonso Guerra y de Francisco Álvarez-Cascos y organizador de la fiesta minera y roja en Rodiezmo (León), Villa cayó en desgracia cuando se acogió, en 2014, a la amnistía fiscal y trató de lavar 1,4 millones de euros de origen desconocido. Él, ya enfermo, lo atribuyó a una herencia recibida de sus padres. Su hermana le desmintió. La Guardia Civil y la fiscalía investigan el origen de ese dinero, que no salió del sueldo que Villa cobraba en Hunosa, donde fundó el sindicato SOMA UGT y estuvo hasta 1995 como liberado sindical. Entonces el Tigre se jubiló tras sufrir un accidente laboral que le dejó la pensión máxima de invalidez (algo más de 2.500 euros netos al mes actualmente).
Muy pocas personas se atrevieron a alzar la voz contra Villa en Asturias durante su reinado. Una de ellas, el empresario y escritor José Ramón Gómez Fouz, denunció parte de sus desmanes entonces y ha obtenido ahora pruebas de que aquella jubilación pudo ser un fraude y que el accidente laboral no habría sido tal.
Según la documentación que obra en poder de esta revista, la empresa pública Hulleras del Norte SA (Hunosa), donde trabajaba Villa, fabricó tres versiones diferentes del accidente para lograr que el Estado concediera la pensión máxima por invalidez al sindicalista. “Se operó de una hernia” El primer parte “de accidente de trabajo”, firmado el 11 de octubre de 1995 por el entonces jefe de personal del pozo minero Candín, de Hunosa, habla de una “recidiva” (rea-parición o repetición) de un percance que sufrió Villa durante la “fiesta minera de Rodiezmo del año anterior” y recoge que el líder sindical minero ha recaído, dos años después, por aquel incidente, que sufrió cuando “se desprendió una caja de sidra de un camión, golpeándole en la cabeza”.
Un escrito anónimo supuestamente de puño y letra de un empleado de Hunosa llevó la documentación a manos de Gómez Fouz. En él puede leerse: “Me ordenan que invente la descripción [del accidente], cosa que hago”. El texto añade: “Nunca hubo tal accidente, simplemente [Villa] se operó de una hernia discal por un problema que tuvo en la fiesta minera de Rodiezmo del año anterior en el que unas cajas de sidra se desprendieron de un camión y golpearon al líder sindical”.
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