El mismo día que comenzaban a salir los agalloneros de ronda, hace ya algunos años, el día de la Purísima, el 8 de diciembre, se celebraba ayer el IV Certamen de Villancicos de Tamajón. El alcalde del municipio, Eugenio Esteban, se encargó de pregonarlo, dándole además la bienvenida a todas las rondas y grupos de villancicos que iban a cantar, provenientes de Hita, Humanes, Cantalojas, Atienza y Atanzón, respectivamente. Entre público y cantantes, el número de asistentes se elevaba hasta las quinientas personas.
A partir de las cinco de la tarde, el Centro Cultural agallonero se empezaba a llenar de vida, y precisamente de eso, de cultura popular. Bandurrias, guitarras, panderos y panderetas, zambombas, huesos, botellas de anís… Cada uno de los grupos se apropiaba de una sala del centro, para cambiar sus vestidos por los atavíos, todos peculiares y con reminiscencias de su tierra, y para ensayar sus villancicos. Alegría en los reencuentros, y armonía, personal y musical, poco antes de comenzar a sonar la música.
En el pregón, Esteban afirmó que “lo intangible lo más importante de los pueblos” porque de ahí dimanan las costumbres, el folklore, los oficios, y los conceptos que componen el medio rural. “La industrialización de los años 50 y 60 del siglo pasado, comenzó por arrastrar una población, con unos medios muy precarios para su bienestar, en busca de otros trabajos que hicieran más fácil la supervivencia, pues entonces era de sobrevivir de lo que se trataba”. El regidor reflexionó a continuación, públicamente, sobre si hubiera sido mejor distribuir aquellas industrias en más territorios. “No se pensó en el impacto ambiental tan negativo que iba a suponer el abandono del campo y la desertización demográfica del medio”. Esteban subrayó los esfuerzos que hacen las distintas administraciones para evitar la despoblación, aunque el resultado no sea el deseado. “Yo diría que, por muchos esfuerzos que hagamos, si éstos son desatinados, servirán para poco. Por eso es muy importante conservar también en nuestro medio aquel folklore y aquella cultura que nació de lo inmaterial, de las mentes de nuestros antepasados, y se convirtió en instrumentos y coplas para cantar su vida diaria”. En este sentido, Esteban destacó que los grupos que ayer cantaron en Tamajón, de Cantalojas, Atienza, Atanzón, Hita y Humanes han sabido mantener esta bella y familiar costumbre y con ello están contribuyendo para que las raíces de nuestros pueblos sigan vivas. “Que lo intangible permanezca, que ya pasará algún tren cargado de recursos y buena puntería para que los habitantes de éste medio vivan con las mismas condiciones que disponen los de la ciudad. Sanidad y Bienestar Social, Educación, Comunicaciones y Transportes, entre otras. No podemos perder la esperanza, ni pensar que va a ser fácil. Los milagros no existen, a excepción del que estamos celebrando ahora: la navidad”, concluyó.
Correspondió abrir el certamen a la Ronda de Hita. Interpretaron dos villancicos, 'Despacito no hagáis ruido', y 'La borriquita'. Según contaba ayer Isabel Fernández, no era Hita pueblo de rondas de navidad, porque se hacían por San Blas, cuando los quintos cantaban a las mozas. Han sido los mayores de Hita quienes han creado esta agrupación musical con la que llevan ya unos años recorriendo los certámenes de los pueblos. Este año ya han cantado en Cantalojas y Tamajón, y les esperan en Sigüenza, Cabanillas y Atanzón, donde llevarán su música y alegría, y sus guitarras, laudes y bandurrias, y percusión navideña. Vestían pantalón negro, camisa blanca y un pañuelo rojo. VER ACTUACION
Tomó su relevo una de las agrupaciones musicales más veteranas de Guadalajara, la Coral Penafora de Humanes, que tiene una larga historia, según relataba ayer su presidenta, Rosalía Martínez. Al principio cantaban sólo en la Iglesia, alentadas por don Felipe, el párroco que inspiró su creación. Corrían los últimos años de la década de los setenta. Poco a poco, y de la mano de muchos directores, han aprendido polifonía, que han aplicado a muchas disciplinas del canto, llegando a atreverse incluso con la zarzuela. Han actuado en muchos foros distintos, “en la televisión, en festivales benéficos y en el Belén Viviente”, decía con orgullo la presidenta. Ayer, con mucho sentido del ritmo y del tono, cantaron 'Jotitas al niño', 'Campanas, campanas', 'Pastorcito, ¿dónde vas?', 'A Belén venid pastores', que cuya letra y música son tradicionales de Humanes, terminando con 'La más fría noche'. Dirigidos y acompañados a la guitarra por su director, Juan Carlos Esteban, dejaron un magnífico recuerdo en Tamajón. VER ACTUACION
Espectacular, como cada año, fue la actuación de los Cencerrones. Ataviados con sus impresionantes corralas de cencerros a la espalda, vestidos con sus trajes de pana, manta, albarcas y calcetines de lana, y sus boinas, dejaron patente, ante el público, que abarrotaba el salón de actos de Tamajón, el pasado ganadero de su localidad de origen. VER LLEGADA “El frío que hace en Cantalojas, es para estar allí, y sentirlo. En tiempos, entre pastores, vaqueros y cabreros, había más de cincuenta, y pasaba que, en navidades, llegaban calados del campo, de la lluvia o de la nieve, y todavía tenían ganas de cantar, los hombres”, contaba anoche Laurentino Abad, uno de los cencerrones. No es extraño que sus descendientes honraran la memoria de aquellos hombres buenos, y recuperaran la tradición de cantar en navidad. A partir de tal día como ayer, y hasta la Misa del Gallo, cuando cerraban el ganado, recorrían el pueblo con sus cencerros a la espalda, entonando villancicos. Llegaban a la puerta de la iglesia, y allí cantaban a la virgen. El día de la Misa del Gallo, entraban a adorar al niño, incluso con sus carneros. Antonio Garrido ha sido quizá el principal impulsor de la recuperación, de tal manera, que ahora, los cencerrones recorren la provincia de festival en certamen. Entre su interpretación no faltó el tradicional 'Romance', que continuaron con otros dos villancicos más, de un más que evidente toque ganadero, 'Vengan todos los pastores' y 'Soy un pobre pastorcito'. VER ACTUACION
El Grupo de Tradiciones de Atienza, tiene una historia parecida, pero es de más reciente creación. Llevan sólo unos años de actividad, pero su música es heredera también de la antigua Rondalla de Atienza, que cesó su actividad en la década de los años veinte. Anoche, con guitarras y la percusión típica de la Navidad, cantaron para todo el público el 'Río de amor', 'Campanitas' y 'María tu eres la luz', tres villancicos populares que llevan ensayando desde octubre. Acompañándoles, estuvo presente, el alcalde de Atienza, Pedro Loranca. VER ACTUACION
Cerró, con su energía positiva que saben contagiar a todo el mundo, la Real Zambombada de Atanzón. LLEGA LA REAL ZAMBOMBADA Cantaron, con sus más de cuarenta integrantes, 'La Virgen camina a Egipto', 'Campanitas' y la 'Jota del Mester', para acabar con su tradicional 'Ronda de Atanzón'. El grupo se creó hace quince años exactamente, por lo que están de aniversario. Las mujeres visten con capa y sombrero, y los hombres de mieleros, con blusón y boina, y pañuelo negro. Cuenta la leyenda que el origen del nombre proviene de “un morisco, que vino a parar a Atanzón desde Valencia, en el siglo XVI. Parece ser que fue él quien inició la tradición de la zambombada”, contaba anoche Marisa Sigüenza. VER ACTUACION
Hoy, no es como antes, cuando del 1 al 31 de diciembre salía la ronda de Atanzón, pero casi. Valentín Pérez, al acordeón, es el que lleva la batuta. Detrás de él, la ilusión de todo un pueblo. En tiempos, se pedía el aguinaldo casa por casa. Salían hombres y mujeres, todos juntos, amigos y por familias. Aparte de la 'Ronda', el villancico más tradicional de Atanzón es el 'Caballero', que se le cantaba al dueño de la casa como una manera pedirle a él los dulces y viandas, que podían ser, desde castañas a productos de la matanza, regados con su correspondiente trago de anís. Con el inmejorable sabor de boca que dejaron los atanzoneros, terminaba el IV Certamen. VER DESPEDIDA. Después, por cortesía del Ayuntamiento de Tamajón, rondas y acompañantes fueron invitados todos a unas deliciosas gachas y migas, regadas con buen vino. La Televisión de Castilla La Mancha quiso estar presente, retransmitiendo el evento.