Así lo ve y lo cuenta Joaquín Abad
Cuenta atrás para una ex presidenta ladrona
martes 04 de abril de 2017, 23:59h
Cristina Fernández, esposa del que fuera también presidente de Argentina, Ernesto Kirchner, se acerca, esta vez si, a que se la juzgue por robar a manos llenas al pueblo argentino. Porque lo que desde hace años se conocía, se sabía, es que mientras la población no llegaba a fin de mes, el matrimonio robaba palés de pesos, de dólares, de euros, que contabilizaban pesando los fardos porque era imposible su conteo.
Desde hace años se conocía que se había construido una bóveda, una cámara blindada como las que utilizan las entidades bancarias, en su mansión de Calafate. Las mordidas, los sobornos eran tan elevados que no podían guardarse en un lugar discreto y necesitaba su propia "cueva", como describió el arquitecto que la construyó.
Los Kircher compraban terrenos por cincuenta mil dólares para luego venderlos por dos millones y medio... En los años que ser turnaron la presidencia argentina se dedicaron, por supuesto con cientos de cómplices, a enriquecerse hasta llegar a ser una de las fortunas mayores de toda América latina.
Cristina se paseaba por el mundo con el uniforme bolivariano, chavista, cuando en realidad era una ladrona a la que le importaba un comino que la población de Argentina sufriera una inflación superior al 25 por ciento anual. Cada mil millones robados empobrecía a un país cuya población aplaudía sus pintorescas apariciones populistas a lo Evita, la mujer de Perón.
La justicia, por fin, parece que no va a dejar que esta ladrona y sus amantes, porque esa es otra historia de la asalta cunas, disfruten en libertad todo el daño que han hecho al país más rico de América, pero que gracias a la corrupción su población sufre desde que políticos como los Kirchner saquean las arcas públicas con total inmunidad.
Joaquín Abad