Saturno es visible a partir del atardecer y se oculta al amanecer. El Señor de los Anillos viene de estar en oposición, lo que significa que la Tierra se encontraba justo entre el Sol y el planeta anillado, a 1.353 millones de kilómetros de aquí, que es la posición más cercana a nosotros. Incluso se aprecia el brillo de Titán, una de sus sesenta y dos lunas, y la División Cassini, esa estrella franja entre los aros. Otra de las joyas de esta época del año en la bóveda celeste es el triángulo de verano, la figura geométrica que forman Vega en Lira, Deneb en Cisne y Altair en Águila. En el interior de ese cartabón hay un par de estupendas nebulosas, la Dumbbell y del anillo, y un cúmulo abierto de estrellas. Las franjas gaseosas de Júpiter asoman con nitidez de nuevo en un alineamiento perfecto con Spica, la luminaria de Virgo. Algunos de los objetos del cielo profundo que se dejan ver con nitidez son el cúmulo abierto El Pesebre en Cáncer o las galaxias del remolino (M51) y del molinete (M101), ambas al final del mango del carro de la Osa Mayor. Es parte del panorama que este sábado 17 ofrecerá la bóveda celeste y que el público que asista a la observación astronómica de Valdenazar podrá disfrutar en toda su apogeo.
Será la quinta convocatoria de este año que el Ayuntamiento de Yebes y AstroYebes organizan desde el bosque de Valdenazar, a apenas 100 metros del campo de golf de Valdeluz. “Con junio llega uno de los mayores espectáculo del cielo nocturno, que no es otro que Saturno y sus anillos de hielo; pese a que a esas horas aún circulará bajo por el horizonte, se podrá ver en toda su plenitud”, avanza Miguel Cócera, alcalde de Yebes. Como en las citas de abril y mayo, la actividad se iniciará a las diez de la noche y se prolongará hasta la medianoche, “aunque si las condiciones atmosféricas son óptimas y los visitantes se muestran dispuestos, se podrá alargar”. Para la ocasión, el Aula Municipal de Astronomía de Yebes dispondrá sendos telescopios Dobson y un reflector Maksutov-Cassegrain, a los que habrá que sumar otros sistemas de observación que aportarán los aficionados a la astronomía que colaboran de forma habitual en este encuentro.
El Ayuntamiento de Yebes está “enormemente satisfecho” de la multitudinaria respuesta del público a estas citas, que se dirigen sobre todo a aficionados y curiosos. “Que más de un millar de personas ya hayan pasado por estas observaciones no es casualidad y denota el éxito que están teniendo”, dice el alcalde de Yebes, que admite que en el municipio están “tan sorprendidos como admirados” de que en Guadalajara y el Corredor del Henares haya tamaño interés por la astronomía y el conocimiento de los objetos celestes que pueblan el Universo más cercano a nosotros. Una iniciativa completamente gratuita con la que se quiere fomentar la afición por la astronomía y, al mismo tiempo, crear escuela. “Y después de cinco meses, creo sinceramente que lo hemos conseguido; basta comprobar que hasta tres generaciones acuden dispuestas a disfrutar del espectáculo y se asombran con lo que son capaces de ver a través de los oculares”, asegura Cócera
Con un temperatura ambiental que superará los 26º C y con la Luna sin hacer acto de presencia en ese intervalo de las dos horas que se prevé dure la observación, las condiciones serán inmejorables este sábado para pasar un rato “interesante, divertido y fascinante” en compañía de las estrellas y dos de los astros más seductores del Sistema Solar. Así que en AstroYebes recomiendan ir provistos de ropa cómoda y ligera, de líquido para sobrellevar los calores e incluso de mantas y hamacas para hacer más llevadera la espera. “Por supuesto, los que quieran traer sus propios telescopios y binoculares desde casa, pueden hacerlo sin ningún problema”, invitan desde AstroYebes. De hecho, han sido muchos los aficionados que han desempolvado sus anteojos después de tenerlos arrinconados durante años e incluso los hay que se han animado a adquirir telescopios, que han estrenado en las observaciones. “Es gratificante sentir que estás contribuyendo a recuperar una afición que muchos habían abandonado y a descubrir la pasión por unos mundos que están más cerca de lo que creemos, sobre todo, entre los más pequeños”, explican.