DIEZ MINUTOS

Belén Esteban y Fran Álvarez pasan todo un día juntos tras los rumores de crisis.

La colaboradora de “Sálvame” llamó a su programa para decir que estaba indispuesta y pasó un bonito día junto a Fran, que por el momento no vive en Paracuellos junto a Belén.Tras los rumores de una nueva crisis, Belén Esteban, la colaboradora del programa que ocupa las tardes de Telecinco, “Sálvame”, disfrutó del día de la Inmaculada Concepción en compañía de su marido. Belén llamó a su programa para decir que se encontraba indispuesta y que no podía acudir a trabajar. Pero gracias a esta excusa, hemos podido ver de nuevo juntos a Belén Esteban y a su marido, Fran Álvarez.

Así, su marido acudió a buscarla a casa montado en su coche nuevo, un pequeño utilitario con el que se maneja a la perfección por la ciudad. Belén, muy guapa con un ajustadísimo pantalón vaquero, botas fucsias y suéter a juego, el mismo look que llevó en su última aparición en el programa, salió rauda, con sus inseparables gafas de sol y un cigarrillo en la boca, de su adosado en Paracuellos del Jarama, donde de momento no pernocta el camarero.

Belén pasó un bonito día festivo junto a su amor, del que ha estado separada durante varias semanas. En esta relación todo es como estar subida en una auténtica montaña rusa. Sin embargo, en esta ocasión no se ha dado mucho bombo al distanciamiento que ha habido entre ellos estas últimas semanas, en parte, porque Belén ha tomado la decisión de no hablar sobre su matrimonio, al menos, por el momento.

Belén pidió a Fran que la llevara a su antigua casa. No sabemos si quería rememorar viejos recuerdos enquistados, pero allí permanecieron una media hora. Después salieron a comer junto a unos amigos, con los que pasaron un momento divertido y agradable. Pocas veces se ha visto a la pareja disfrutar de momentos así con los amigos, pero parece que las cosas están cambiando entre ellos para bien.

La ajetreada tarde de la pareja no terminó con la sobremesa tras la comida con los amigos. Belén y Fran se acercaron a unos grandes almacenes donde hicieron algunas compras. Visitaron las secciones de discos y de libros. Ya sabemos que Belén es una gran lectora. Este verano se ha pasado las dos semanas tirada en la tumbona leyendo un libro. Después, a la salida, la pareja que no se mostró muy cariñosa ni acaramelada, se perdió por las abarrotadas calles del centro de la capital madrileña.