Matilda, mucho más que un teatro de colegio
jueves 29 de noviembre de 2018, 12:41h
El pasado día 24 tuve la enorme suerte (y sí digo suerte, porque las entradas vuelan) de poder disfrutar del estreno de Matilda.
Cuando uno se enfrenta a un teatro de colegio, nunca sabe muy bien que esperar, si la obra merecerá la pena, sí será un poco cutre o sí será un memorable tostón donde actúo el hermano pequeño de tu amigo.
Matilda, a todas luces es distinto, es diferente...
¿Qué sí me gustó? Me encantó, me emocionó, me hizo reír, me hizo enfadar y sobretodo me dejo ganas de repetir.
Cuando uno entra en el teatro, no sabe muy bien dónde está, si en el colegio Salesiano o en la Gran Vía, ¡ojo que no exagero!, el decorado es exquisito, y realizado (para los más verdes) de forma artesanal con materiales reciclados del colegio o de cualquier otro sitio y a base de horas por parte de los integrantes del grupo de teatro.
Las canciones grabadas por los propios actores y el guion adaptado por la dirección del grupo del libreto del musical inglés.
¿Los actores? Niños (algunos verdaderamente muy niños) del colegio, profesores, padres y madres…, que suplen su amateurismo con pasión y desparpajo. Uno sólo tiene que mirar la cara de pillo de Bruce Bogtrotter o la naturalidad de la propia Matilda para caer enamorados de la obra.
Coreografías imposibles, canciones pegadizas, actores dedicados, una iluminación elegante y humor, ¡mucho humor! hacen de Matilda un imponderable en la cultura en Guadalajara para los próximos meses (corred a por entradas que la última vez duraron 12 minutos en la página web).
Si os dijera que Matilda es sólo un muy buen musical, me quedaría corto, porque es mucho más que eso, es el esfuerzo titánico de 120 personas que han trabajado contrarreloj para llegar hasta aquí, son una serie de principios y valores que se trasmiten a los jóvenes: Esfuerzo, Sacrificio, Compañerismo, Ilusión y Fe, es enamorar a los jóvenes con la cultura…
¿Y todo esto por cuánto? Gratis, y por los jóvenes. Cómo dijo Don Bosco, y don Santiago, nos enseñó con su vida “Hay cosas que no solo merecen la pena, sino que merecen la vida” y lo que yo vi el pasado sábado y ustedes pueden disfrutar hasta marzo es una de esas cosas.
Lo ya dicho, cien por cien recomendable, apto para todos los públicos y sólo un requisito para ir ¡ganas de pasar una tarde impresionante!
Álvaro Mozo, antiguo alumno.