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Después de una amplia semana cultural en Tamajón, que empezaba el día 9 de agosto, y terminaba en la tarde de ayer, anoche los profesores de la UAH, uno emérito, Manuel Segura, y el otro activo, Fernando Barroso, pregonaron las fiestas patronales que, en honor a la Virgen de los Enebrales, celebra en estos días la villa de Tamajón.
Como correspondía al momento, tomó la palabra, inicialmente, la presidenta de la Hermandad de la Virgen de los Enebrales, Elvira Gamo. La presidenta informó que en 2019 la entidad ya ha superado los 200 hermanos, y los últimos arreglos que se han hecho en la Ermita, especialmente los que han afectado al coro del edificio, “para lo que siempre hemos contado con la ayuda del Ayuntamiento de Tamajón y de Eugenio Esteban, como alcalde y como hermano”.
A continuación, correspondió a Eugenio Esteban presentar a los pregoneros de 2019, no sin antes subrayar que Tamajón “nace en la Ermita de los Enebrales, porque no se concibe nuestra historia sin la de nuestra patrona”. Así, el regidor recordó que, en 1709, la loa de un escritor anónimo a la Virgen se remontaba a recuerdos del siglo XI, y que, en 1940, acabada la Guerra Civil, los vecinos y devotos de la Virgen de los Enebrales, le encargaron y pagaron al famoso escultor Federico Collaut y Varela la imagen actual. Esteban le agradeció a la Hermandad su dedicación, y, por último, reconoció el trabajo de investigación que, en Tamajón, llevan haciendo ya años los pregoneros, los paleontólogos de la UAH Fernando Barroso y Manuel Segura.
Intervino primero el profesor Barroso. Después de agradecer la gentileza del pueblo de Tamajón, que personalizó en su alcalde y en la presidenta de la Hermandad, al elegirles como pregoneros de 2019, Barroso se refirió, en primer lugar, a la riqueza del patrimonio histórico y arquitectónico de Tamajón, buena muestra del cual es la Ermita de la Virgen de los Enebrales. Y citó, a continuación, el patrimonio arqueológico que, gracias a diferentes proyectos, se está estudiando en la actualidad en dos localizaciones, el abrigo de La Malia y de la cueva de los Torrejones, correspondiente, fundamentalmente, al periodo del Paleolítico Superior, para, por último subrayar el trabajo de investigación que el equipo que él mismo dirige, está llevando a cabo sobre el periodo geológico del Cretácico Superior. Concretamente, el “excepcional”, como lo calificó ayer Barroso, yacimiento de Sacedoncillo, descubierto precisamente por el profesor Segura, cuenta con fósiles marinos que dejan testimonio de cómo fue Tamajón en otras eras geológicas, en el momento en el que el nivel de mar, por haber entonces un clima tropical, llegó a inundar la región. “Las rocas contienen fósiles que nos cuentan aquella historia, pero además, también se han ido modelando a lo largo 95 millones de años para, después, dejarnos paisajes espectaculares como la famosa Ciudad Encantada de Tamajón, con el pico Ocejón de fondo, donde están los bosques de sabinares y enebrales”, señaló.
Barroso dio entonces paso a la intervención del profesor Manuel Segura, que se centró precisamente en el hecho de que el pregón se dé, anualmente, en medio de un sabinar, en la Ermita de la Virgen de los Enebrales. “El hecho de que las fiestas comiencen con un peregrinar hasta la ermita de Los Enebrales, puede tener reminiscencias muy antiguas”, señaló Segura, haciendo alusión a que según los antropólogos, muchos enebrales en España acogen ermitas e iglesias y que, aunque estas llegaran con el cristianismo, en realidad heredan una tradición celtíbera más antigua, en torno a los bosques de estos árboles, para ellos sagrados. Pese a que no tenían una religiosidad como la actual, puesto que eran fundamentalmente animistas, los pueblos celtas prerromanos adoraban los bosques, porque les aportaban los frutos de los que vivían. En el caso de las sabinas, que sean tan frecuentemente reconocidas como un árbol sagrado para estos pueblos se debe a un hecho singular. Y es que la sabina fue su elemento constructivo principal. Estos pueblos celtas son nómadas, o seminómadas, y construían sus casas sobre tres elementos, la piedra del ámbito local, la madera de sabina, a veces también pino, y el techado de paja. La madera de sabina se hace mítica porque tarda mucho en pudrir, y la consideran un regalo de los dioses. Donde se ha podido documentar o constatar –no tenían cultura escrita- se sabe que en bosques de este tipo era donde se celebraban concejos. Cada núcleo poblado tenía su enebro representativo y se reunían en torno de él para sus celebraciones. “Este hecho, creo que de alguna manera recogido en esta fiesta de hoy. Y aunque sea una fiesta cristiana, el cristianismo ha tenido, en España, la capacidad de incorporar ritos de otras culturas, que aún perviven. Los españoles hemos sabido crear fiestas mejor que nadie, hemos sido tolerantes y hemos admitido rasgos de otras culturas”. Después de esta explicación, Barroso retomó la palabra para recordar la ya cercana apertura de un Centro de Interpretación de estos hallazgos arqueológicos y paleontológicos en Tamajón, antes de dar los vivas correspondientes a Tamajón, y a la Virgen de los Enebrales.
A continuación, tuvo lugar la ofrenda floral a la Virgen de los Enebrales en la que participaron peñas Los gatos de escayola, Whissy´n, Estamajo, Turutas y Santo Brugal. Después de cantar el himno a la Virgen de los Enebrales, quienes quisieron, besaron el manto de la Serrana.