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Tribuna Abierta

Pueden seguir mintiendo, pero no manipulándonos

Pueden seguir mintiendo, pero no manipulándonos

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:14h

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Los actuales responsables políticos de derechas del Gobierno de España y de muchas comunidades autónomas siguen con el mantra repetitivo de que las causas de la crisis y del brutal aumento del desempleo en nuestro país son la deuda y el déficit público. Interesadamente y con una campaña de comunicación muy eficaz han ido inoculando esa convicción y ese sentimiento generalizado en muchísimos, demasiados, ciudadanos. Pero conviene que, una vez más, se intente poner los puntos sobre las íes para que, de la mentira o las verdades a medias o manipuladas, no se llegue a la convicción de que la culpa de todos los malos proviene exclusivamente de los socialistas, que gobernaban antes y alimentaron ese despilfarro. SIGUE
Puede ser verdad, en casos muy contados, que se consintieran gastos e inversiones no suficientemente eficaces, eficientes o justificadas. Como otros muchos gobiernos de colores ideológicos variopintos de todo el planeta. Pero hay que comenzar a desmontar todo este malintencionado entramado argumental con unas cuantas afirmaciones:
  • Los financieros, banqueros, especuladores y los políticos irresponsables que desregularon el mundo de las finanzas y los Mercados fueron los verdaderos culpables del hundimiento de una política de créditos razonables, fluidos y suficientes para particulares, autónomos, administraciones públicas y empresas.
  • Ayudar a no hundirse a los especuladores avariciosos y para que siguieran con sus beneficios inmorales y sus sueldos directivos escandalosos se hizo con dinero público, aumentando los déficits de las cuentas públicas.
  • Estos apoyos financieros, que continúan, no repercuten actualmente en más y mejores créditos para particulares, autónomos o pequeños empresarios.
  • Aprovechando malintencionadamente este descuadre de los presupuestos públicos, muchos gobernantes irresponsables, que creen más en lo privado que en lo público (paradigmáticas son las situaciones de las CC.AA. de Madrid, Castilla-La Mancha, Valencia…), están desmantelando los servicios públicos en general, y los básicos (educación, sanidad, pensiones, dependencia, servicios sociales) en particular. Alimentan la imagen de despilfarro, privilegios, bajo rendimiento de los servidores públicos, para hacer recortes brutales e indiscriminados.
  • Prometen en la oposición (los actuales responsables del Gobierno de España y de múltiples comunidades autónomas) que resolverán el “paro sangrante” simplemente con llegar al gobierno, y nos vamos encontrando con que aumenta el desempleo general y muy en particular el de trabajadores públicos. Eso facilitará la privatización de los servicios públicos, más costosa y nada favorecedora de una verdadera igualdad de oportunidades. Una privatización tan ansiada por dichos gobernantes que uno piensa que será más bien para lucrar a amigos o cercanos por encima del interés público.
  • Nos siguen inoculando la idea de los grandes grupos de pensamiento único y de presión conservadores de que los mercados y la iniciativa privada son eficientes y que el peso de los Estados es excesivo. Muy discutible e interesado.
  • La crisis actual es más que económica. Tiene profundas repercusiones humanas, sociales, políticas… Y no es la causa de todos los males ni puede ser la justificación de todos los recortes y desmanes para cargarse todo lo “público y de interés general”.
  • Lo de “refundar un nuevo capitalismo” se quedó frenado por la cobardía inimaginable de los políticos más influyentes del planeta ante la presión de los poderes financieros. Ni se regulan las transacciones financieras, los productos financieros-basura, la especulación desmedida, el excesivo poder interesado de las agencias de calificación, los ajustes desmedidos en los gastos públicos y la depresión-recesión de las economías, que además están provocando los desastres sociales de desempleo, desahucios y pobreza creciente. Todo esto resta ingresos a las arcas públicas vía impuestos, cotizaciones sociales, tasas… Así será imposible llegar a una economía sostenible y equilibrada.
  • Como nadie meta el diente seriamente a la necesidad imperiosa de fiscalidades más progresivas y más justas, haciendo recaer mayor carga impositiva de los más ricos y poderosos, seguiremos arrastrando una injustísima fiscalidad. Financiar los servicios públicos básicos (educación con I+D+I, sanidad, pensiones, servicios sociales como la dependencia) es perfectamente posible con una armonización de la fiscalidad sobre las personas, las empresas y las rentas de capital.
  • Todos podemos entender y hasta estar de acuerdo con adelgazamientos razonables, racionalizados y objetivables de determinados gastos públicos y de la imprescindible eficacia y eficiencia de los servidores públicos (funcionarios, interinos y contratados), que deberían ser evaluados para lograr equipos de trabajadores públicos ejemplares y la capacidad de prescindir de los corruptos e ineficaces. Que no dé lo mismo hacer que no hacer, hacerlo mal que hacerlo bien, atender con calidad y calidez a los ciudadanos ya que están su servicio y pagados por ellos.
  • El pasado no nos pertenece ni se puede recomponer, el presente es todo nuestro y el futuro es un préstamo de nuestros hijos y nietos.
  • No podemos quedarnos impasibles o resignados ante lo que suponen decisiones o hechos consumados basados en creencias como:
  • La disminución indiscriminada y generalizada de los gastos públicos como educación, investigación o políticas familiares, comprometerá el futuro económico y de cohesión social de España y Europa.
  • Las actuaciones neoliberales intensivas y extensivas pondrán en entredicho la cohesión social y hasta la paz social.
  • No aumentar los impuestos al sector financiero, a los grandes patrimonios y fortunas y a las rentas elevadas llevará a la incapacidad de un Estado de Bienestar razonable.
  • Muchos conservadores y poderosos piensan que los impuestos son una desgracia y que los programas sociales son inmorales porque hacen a la gente dependiente.
  • Nacemos desiguales y si queremos una igualdad real de derechos se precisa una verdadera y eficaz igualdad de oportunidades.


¡Cuidado! con alguna derecha conservadora, que practica una religiosidad basada en el cinismo, en la hipocresía y en la mentira de ser muy caritativos y poco justos, de apuntarse a todas las fórmulas de beneficencia religiosa o filantrópica y no pueden compartir la solidaridad como valor humano y ciudadano universal.

JUAN JOSÉ DE LA CÁMARA
Militante del PSOE por Guadalajara
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