No olvide esta noche cambiar la hora, a las dos de la madrugada, serán las tres

Desde el año 2000 con la aprobación de la Directiva Comunitaria del Cambio de Hora en todos los países de la Unión Europea, todos los estados deben adaptar su horario para el ahorro de consumo energético y un mejor aprovechamiento de las horas de luz.

Por eso se llevan a cabo dos cambios al año, en octubre y en marzo, que es el que se celebrará este fin de semana. La noche del sábado 28 al domingo 29 de marzo, se adelantarán los relojes una hora para entrar de lleno en el horario de verano. De esta manera, a las 2.00 horas de la madrugada serán las 3.00 horas.

El cambio horario supone que amanecerá y anochecerá una hora después, lo que se podrá comprobar sobre todo durante los primeros días y en los aplausos que gran parte de la población está brindando desde los balcones para todos los sanitarios que se están esforzando en los hospitales por combatir el coronavirus

Con este cambio de hora, comenzará el horario de verano en España, que supone adelantar una hora los relojes para aprovechar mejor la luz solar por las tardes, una práctica que se lleva a cabo todos los últimos domingos del mes de marzo y cuyos antecedentes más lejanos se remontan al Imperio Romano.

La Comisión Europea propuso el pasado mes de septiembre dar carpetazo al cambio horario en abril de 2019. Sin embargo, el Parlamento Europeo y los estados miembros piden más tiempo para reformar el sistema y evitar que afecte al funcionamiento del mercado interior o el transporte.

Aunque el cambio de hora cada seis meses se remonta a la primera y segunda guerras mundiales, lleva aplicándose en Europa de manera armonizada prácticamente desde los años 70, a consecuencia de la crisis del petróleo. Sin embargo, no sería hasta 2001 cuando la UE empezó a regularlo entre sus estados miembros. La directiva actual establece la obligación de los 28 de cambiar al horario de verano el último domingo de marzo y volver al horario estándar, el de invierno, el último domingo de octubre.

La propuesta de la Comisión Europea dejaba en manos de los estados miembros la decisión entre mantener el horario de verano o el de invierno.

Esto, sumado a la existencia ya de tres husos horarios distintos en la UE -occidental, central y oriental-, podría tener consecuencias devastadoras para el funcionamiento del mercado único y el sector del transporte. Y cada estado miembro tiene sus propias preferencias sobre qué huso horario debería prevalecer.

El sector de la aviación ha advertido de la necesidad de mantener un sistema armonizado en toda la UE ya que cualquier cambio en el actual tendría un impacto en los horarios de las aerolíneas y en la planificación de las franjas horarias.