Human Cap es una plataforma intermediadora entre estudiantes que buscan financiación y pequeños inversores que buscan invertir y obtener una rentabilidad. ‘El hecho de estar apoyando a un joven estudiante con tu capital para que se pueda financiar los estudios tiene ese extra que no tiene otro tipo de activos’, afirma Iván.
Iván y Alejandro explican que en Estados Unidos existe algo parecido. Es una empresa que se llama HUMAN IPO pero que en vez de comercializar préstamos y que el estudiante devuelva el dinero prestado éste lo restituye en horas de trabajo. Una idea que, como explica Iván, no se dirige tanto a estudiantes sino a emprendedores que ya han tenido éxito con su empresa. ‘Nuestra idea compite con los sistemas de becas, financiación estudiantil, que exige condiciones difíciles de aceptar con tipos de intereses caros, pero nosotros ofrecemos una alternativa más flexible y económica para el estudiante’, apunta Alejandro.
Y es que su idea es la de recaudar financiación a través de un producto que viene a revolucionar el sistema de préstamos del mercado estudiantil mediante un producto financiero que combina la renta variable con la renta fija. La renta fija se obtiene de la parte tradicional en la que el estudiante devolverá en pequeñas cuotas el dinero al inversor que ha costeado sus estudios y la renta variable se recibe a base de tokens. Los tokens son una unidad de valor, lo que significa que cuanto más éxito tienen estudiante en el que se ha invertido, más gana el inversor que puede ejecutar el token cuando quiera para reclamar su dinero, aunque lo ideal sería que espere a que el estudiante haya encontrado un buen trabajo, bien remunerado, para alcanzar la máxima rentabilidad.
Creación y emprendimiento
Además, Human Cap también incorporará una evaluación de riesgo inicial. ‘Nosotros informaremos al inversor, ya que la inversión en un determinado estudiante puede tener mayor riesgo, pero también mayor rentabilidad. Así un inversor puede diseñar su cartera con diferentes tipos de activos según la rentabilidad y riesgo. En cuanto a la asignación del crédito, no solo nos centraremos en los parámetros tradicionales, sino que queremos tener en cuenta valores más subjetivos como el desarrollo futuro que puede tener un estudiante, la demanda de esa carrera, la estabilidad, qué ha hecho antes o su participación en premios y concursos… Los valores sociales nos acercarán lo más posible a la realidad’, explican los estudiantes.
‘Nuestra idea es crear algo interesante no sólo para los estudiantes sino también para los pequeños inversores. Es una manera de retroalimentar a la sociedad con pequeños inversores que apuestan por estudiantes que de otra manera no podrían acceder a sus estudios. El símil sería como una empresa que sale a Bolsa y emite una participación, es decir, acciones que dependen de los ingresos de la compañía’, afirma Iván.
Con esta idea los estudiantes se presentaron al concurso de emprendimiento start up Programme y llegaron hasta la final donde ganaron 1.000 euros en efectivo, asesoramiento con la consultora PWC y 3.000 euros de descuento en un alojamiento de la red de viveros de empresas del Ayuntamiento de Madrid. Algo que les ayudará a que su idea se haga realidad, aunque antes de dar el paso, les gustaría seguir recibiendo feedback de diferentes concursos y participar en alguna incubadora o lanzadera de empleo para conseguir inversores. Aun así, primeramente, necesitarán lanzar un testeo para probar el mercado antes de montar realmente todo el negocio porque, ‘aunque la idea sea buena, si el mercado la rechaza, da igual. Por eso estamos todavía en desarrollo’, puntualizan.