Carta semanal del obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara : Somos lo que tu nos ayudas a ser
martes 02 de noviembre de 2021, 20:19h
La Iglesia de Jesucristo recibe el día de Pentecostés el encargo de salir en misión hasta los confines de la tierra para anunciar a todos los hombres el amor, la misericordia y la salvación de Dios. Cristo, que es la cabeza del Cuerpo, de la Iglesia, unifica y revitaliza constantemente a todos sus miembros por la acción del Espíritu Santo, invitándoles a vivir y actuar en todo momento como verdaderos hijos de Dios.
La Iglesia católica, a la que pertenecemos todos los bautizados por pura gracia, tiene el encargo de llevar a cabo su misión evangelizadora en el mundo, prolongando en el tiempo el amor de Jesús a todos los hombres, especialmente a los más necesitados. En la realización de este servicio a la humanidad, necesita medios económicos, es decir, ha de usar de las cosas del mundo, aunque no ponga en ellas su confianza.
Durante los últimos años, estamos haciendo un esfuerzo por mejorar la transparencia económica, tanto en la diócesis como en las parroquias, para que todos conozcan dónde y cómo se emplea el dinero que aportan para su sostenimiento. Quienes colaboran económicamente para hacer frente a las necesidades de la Iglesia, tienen derecho a conocer el uso que se hace de sus aportaciones, pues si todos somos responsables de la acción pastoral, debemos serlo también de su actividad económica.
En el Día de la Iglesia Diocesana quiero manifestar mi gratitud más sincera a quienes colaboráis económicamente al sostenimiento de la misma y os invito a elevar la oración al Padre celestial por todos los diocesanos, dando gracias a Dios por el don de la fe, reconociendo los muchos dones espirituales que hemos recibido por medio de la Iglesia y revisando nuestra colaboración en los aspectos materiales y espirituales para la renovación y fortalecimiento de la comunidad cristiana.
La celebración del Día de la Iglesia Diocesana es una llamada del Señor para que nos preguntemos por nuestra pertenencia a la misma y para que revisemos la participación en la actividad catequética, en el ejercicio de la caridad, en el impulso de la pastoral familiar y en las celebraciones litúrgicas. Con la ayuda de la gracia divina, que nunca nos faltará, hemos de poner los medios para lograr una Iglesia más viva, más orante, sinodal y misionera, que no dude en salir al encuentro de los hermanos para ofrecerles la Buena Noticia de la victoria de Cristo sobre el poder del pecado y de la muerte.
Aprovecho esta oportunidad para saludaros con afecto a todos los diocesanos y pido al buen Dios que os ayude a experimentar el gozo de pertenecer a la Iglesia católica. En ella, caminamos juntos como verdaderos hermanos hacia la patria celestial, esperando heredar un día la salvación eterna. Quiera Dios que mantengamos nuestro corazón y nuestros brazos abiertos para recibir en la Iglesia a otros muchos hermanos.
Con mi sincero afecto y bendición, feliz día de la Iglesia Diocesana.
Atilano Rodríguez, Obispo de Sigüenza-Guadalajara