Decorada con un personalísimo estilo, cada una de sus seis habitaciones lleva el nombre de una piedra preciosa que condiciona su color y sus olores. Su propietaria, Victoria Silva, ha adoptado la marca de Identidad Comarcal de la Sierra Norte, y desde la recepción, recomienda a sus clientes productos y servicios radicados en la comarca.
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El Balcón de Alboreca es una casa rural de estilo tradicional, con todos sus techos de madera, lo que le confiere calidez y el aspecto rústico que buscan sus clientes. El edificio está situado en uno de los puntos más altos de la colina sobre la que se asienta la pedanía seguntina. Y, por lo tanto, cuenta con unas vistas deliciosas al páramo castellano desde todas sus estancias, incluidos jardín y porche.
Su gerente es Victoria Silva. “Nos gusta mucho el turismo rural. Mi marido y yo teníamos claro que queríamos hacer de él nuestra forma de vida. Durante un tiempo estuvimos buscando el lugar ideal por las pedanías de Sigüenza, puesto que él tiene sus raíces en Palazuelos, hasta que encontramos este terreno, y la antigua construcción que aquí se levantaba. Nos embarcamos en este proyecto, y ha salido bien”, resume la emprendedora.
El Balcón de Alboreca es un edificio de nueva construcción, pero la planta y algunos de sus muros, son los originales. “El lugar era una nave agrícola, que usaban para hacer acopio de aperos de labranza y para la crianza de ganado. Los arquitectos la estudiaron y nos dijeron que se podía construir sobre sus piedras, así que mantuvimos la estructura. Empezamos las obras en 2004, y en 2006, abrimos”, recuerda Victoria.
El edificio tiene una planta de 200 metros cuadrados. Así, la casa dispone de 400 metros cuadrados, en sus dos alturas, distribuidos en recepción, salón–comedor, cocina y la casa de la familia de Victoria, puesto que ellos viven allí, y seis habitaciones.
La planta baja de la casa dispone de un espacioso comedor, decorado con estilo propio y muy acogedor. En el salón, los visitantes pueden degustar deliciosos desayunos, con bollería casera y con pan de pueblo, y unas deliciosas tostadas, pero, de momento, no ofrecen comidas ni cenas. Disponen de microondas para que sean los propios clientes quienes puedan gestionar su comida o cena rápida. En verano y en otoño muchos se quedan en la casa por las noches y son ellos mismos quienes se concina la comida o la cena fuera.
En la misma planta suelo, el Balcón cuenta con un luminoso y espacioso salón, decorado con un estilo muy personal, con chimenea y grandes ventanales, desde donde los inquilinos pueden disfrutar de unas preciosas vistas al jardín y al monte de encinas limítrofe con la provincia de Soria.
El jardín y porche están volcados precisamente hacia ese monte que insufla aire puro y reconstituyente a los urbanitas. Allí, pueden percibir con todos sus sentidos los encantos de la naturaleza, y por las noches, incluso escuchar el murmullo del río o los cantos de las rapaces nocturnas, bajo un manto de estrellas que parecen brillar para cada uno. En verano, el jardín cuenta con hamacas y sombrillas para tomar el sol y disfrutar de la tranquilidad que se respira en Alboreca, con sólo 20 habitantes censados.
En la primera planta, el Balcón de Alboreca dispone de 6 habitaciones dobles abuhardilladas, con techos y suelos de madera, amplios baños con bañera grande y televisión. Todas ellas, decoradas de diferentes estilos, colores y olores según sea la piedra preciosa que le da su nombre, invitan al descanso y a disfrutar del precioso valle que desde sus ventanas se divisa. Esta curiosidad proviene de la afición de Victoria por la geología y los minerales, algo que se puede apreciar no solo en las habitaciones, sino también en la decoración de toda la casa. La habitación más grande y especial, 'Lapislázuli' dispone de bañera de hidromasaje.
Los clientes de El Balcón de Alboreca son, habitualmente, parejas y familias con niños pequeños. “Antes de la pandemia venían muchos grupos de amigos, a celebrar sus efemérides personales. Ahora, menos. En este sentido, nos está costando recuperar la normalidad. Nuestro cliente prototipo es el de una pareja que viene buscando un fin de semana romántico o el de una familia que busca un fin de semana cultural y en contacto con la naturaleza”, añade Victoria.
La cercanía de Sigüenza y su creciente prestigio gastronómico, con dos estrellas Michelin y cuatro soles Repsol, son un reclamo turístico de primer nivel que beneficia a la hostelería y restauración de toda la comarca. En cualquier caso, El Balcón de Alboreca, y quizá para hacer lo mismo desde Alboreca que ellos reciben de otras partes de la comarca y de Sigüenza, ha adoptado también la marca de Identidad Comarcal de ADEL Sierra Norte. “En recepción tengo información de los alrededores y, dependiendo del tiempo de estancia del cliente, y cuando nos lo pide, les proponemos ofertas de ocio en la Sierra Norte”, cuenta Victoria. Lo más habitual es que los clientes permanezcan en Alboreca de viernes a domingo. “Dependiendo de lo que busquen, les recomendamos la visita a Sigüenza, ahora con Atémpora, al Parque Natural del Río Dulce, a Atienza, o la ruta del Románico Rural. Y, a aquellos que nos piden recomendaciones para comida o cena, se las damos, dependiendo de sus gustos, y teniendo en cuenta toda la oferta de la comarca”, señala. Victoria también cuenta con una selección de productos que ofrece a sus clientes para que se lleven un detalle de buen gusto. “Suelo tener siempre miel o velas con olores, pero también recomendamos que compren productos de la comarca, como por ejemplo los quesos de Sigüenza”, señala Victoria. Es en ese momento cuando la emprendedora les entrega su bolsa de ADEL Sierra Norte, con la identidad comarcal como imagen. “Soy una firme convencida de que principios como la ecología o el producto de cercanía, y la promoción mutua, nos benefician a todos”, termina la emprendedora.