Hay que llevar huevos a las clarisas para que NO llueva en Semana Santa
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REDACCION
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redaccionguadanewses/9/9/19
jueves 28 de marzo de 2024, 21:06h
Desde hace más de cien años existe la tradición nupcial de llevar una docena huevos al Convento de las Clarisas para que no llueva en la boda, pero en esta ocasión pedimos por la Semana Santa para ver si con rezo, fe e ilusión cambia el tiempo.
Antiguamente existía la superstición de que el mal tiempo en una boda provocaría desgraciadas a la pareja durante el resto de sus vidas. Debido a esta preocupación, las novias no podían olvidarse de llevar una docena de huevos al monasterio de Clarisas Franciscanas más cercano y pedirles a las religiosas que rezasen para tener buen tiempo en tan señalado día. Estos huevos tenía que pedirlos la madre de la novia a vecinos y amigos como señal de bendición y compromiso hacia los novios y los llevaba la propia novia al monasterio.
Con el tiempo la costumbre ha evolucionado. Muchas familias empezaron a ofrecer no solo una docena sino hasta tres o cuatro docenas de huevos, obsequio que trataba de encender el fervor de las hermanas clarisas.
Respecto a quién tiene que ser el encargado de ofrecer la ofrenda hay varias versiones: la tradicional, es decir, que debe ser la novia quien lleve los huevos, y otras fuentes en las que se indica que es la madre de la misma o sus amigas las que deben llevar la docena al monasterio.
Ante todo, no debemos olvidar que Santa Clara no ha sido nunca la patrona del buen tiempo, sino de la paz en el matrimonio.
Y de una tradición nos vamos a otra también relacionada con huevos y la Semana Santa, los huevos de Pascua.
Adrián hace dos años que los elabora en 'Espejito Espejito Chocolate'. "En cuanto abrimos, como se hacen de chocolate, pues empezamos a hacer los huevos de Pascua. No nos lo pensamos".
"Primero hay que pintar el molde. El segundo paso es llenarlo de buen chocolate atemperado, ya sea blanco, con leche, negro. Una vez que está lleno se intenta cubrir todo el molde y ahora llega uno de los pasos que es más espectacular, que es el de volcar todo el chocolate. Así ya terminamos y queda todo cubierto de una capa fina, se unen las dos mitades y ya estaría".
Aquí podemos encontrar huevos de Pascua de todos los tamaños, desde los cien gramos, que son los más pequeños, hasta tamaños de hasta cinco kilos, aunque todavía no se han atrevido a encargarlos. Además de los diversos tamaños, también los elaboran de multitud de colores, siendo los que triunfan los más llamativos.
"La simbología era que los regalaban los padrinos a los ahijados y significa prosperidad y fertilidad, y también que los reporteros que vienen aquí tienen que romper un huevo de Pascua porque les trae suerte".