A principios del siglo XX, en el sector norte del Pacífico latinoamericano, se descubrió una enigmática cultura, la manteña, una población precolombina que contempló las naves españolas surcando por primera vez las aguas ecuatoriales del Mar del Sur. Este hallazgo ha suscitado un interés creciente por entender su relevancia histórica.
Uno de los aspectos más destacados de esta cultura es su relación con el cultivo y recogida del Spondylus, un molusco con concha bivalva que ha tenido un significado simbólico y ritual para diversas sociedades prehispánicas desde el Sur de California hasta la Patagonia a partir del 800 d.C. Su importancia es tal que se convirtió en una de las formas de dinero más utilizadas entre las élites. La cultura manteña logró estructurarse en yacimientos de miles de hectáreas, desarrollando complejos arquitectónicos rituales con construcciones piramidales. El agua y el culto asociado a ella fueron elementos centrales en esta sociedad.
CÓMO SE RECOGÍA EL PRECIADO SPONDYLUS
Desde 2018, la Universidad de Alcalá lidera un proyecto internacional destinado a dar a conocer esta cultura, financiado por el Ministerio de Cultura y la Fundación Palarq, que colabora con investigadores ecuatorianos, así como de la Universidad de Granada y del CSIC. Este proyecto se ha centrado en dos espacios arqueológicos específicos: por un lado, el yacimiento de Cerro de Hojas, donde la UAH ha participado en la documentación de restos arqueológicos bajo la selva costera utilizando tecnología LIDAR; y por otro lado, se están llevando a cabo excavaciones en el sitio de Ligüiqui, un vasto espacio que abarca más de 1.500 hectáreas.
En Ligüiqui se han encontrado distintas elevaciones con plataformas tipo zigurat, además de un extenso complejo pesquero que se extiende entre 6-7 km., compuesto por trampas y estructuras en piedra para la captura de especies marinas, incluyendo túnidos e incluso grandes cetáceos.
LA OCUPACIÓN EUROPEA MARCÓ EL CESE DE LA ACTIVIDAD
El trabajo científico enfoca su atención en la fase de abandono del yacimiento, comparándola con datos conocidos de otros conjuntos manteños parcialmente excavados. Hasta ahora, se ha sostenido que el abandono masivo ocurrió como consecuencia de la conquista europea, lo que llevó a un drástico descenso demográfico entre 1530-1600.
«La hipótesis y los resultados presentados por el equipo hispano-ecuatoriano también resaltan las consecuencias de la ocupación española», explica Manuel Castro, profesor de Arqueología. Sin embargo, establece matices importantes basados en los datos arqueológicos obtenidos en Ligüiqui y otros contextos cercanos. Esto sugiere que varios sitios manteños ya estaban sufriendo una marcada ocupación entre 1480-1500, indicando factores previos al establecimiento del poder colonial.
Entre estos factores destacan la expansión inca desde el ámbito político, que alteró redes comerciales clave —especialmente el comercio del Spondylus— junto a elementos climáticos que pudieron haber afectado gravemente su cultivo o intensificado sequías. Estas cuestiones están siendo objeto de investigación actual por parte del equipo liderado por los profesores Manuel Castro Priego y Lauro Olmo Enciso.
Las conclusiones alcanzadas pueden generar controversia respecto a paradigmas establecidos, subrayando la capacidad transformadora, adaptativa y crisis sufrida por las sociedades prehispánicas andinas antes del impacto europeo.