El Alba mereció más pese a estar en desventaja numérica durante una hora de partido

El Belmonte se quedó en diez porque el Alba se quedó con diez. El equipo manchego no pudo llegar a la undécima cita con el Belmonte sumando por una derrota dolorosa por el fondo y enervante por las formas.

El cuadro local estuvo una hora con un jugador menos, se rehizo para que no se notase la desventaja numérica y al son del estadio siguiese luchando en, casi, igualdad del condiciones.

El inicio del Alba fue vivo, enérgico. Las primeras llegadas sobre meta opuesta fueron locales. Martón, Morci o Riki probaron a disparar pero sin tino. En el minuto 34, Rai Marchan fue expulsado por roja directa tras revisión de VAR después de una falta por detrás.

El equipo tenía el control de la bola, circulaba con fluidez y no le hacía ascos a buscar la meta eldense. Estuvo cerca de irse por delante al descanso y también de marcar al mismo inicio del segundo acto.

Porque en el minuto 48, ya en la otra portería, Riki tuvo una gran ocasión con un disparo tras dejada con la testa de Jon García. Declaración de intenciones de un equipo que nunca se sintió en desventaja, especialmente por el aliento de los más de once mil albacetistas. El Alba corría, bregaba, luchaba y llegaba. Incluso invitaba a pensar en adelantarse.

En el minuto 79, en un instante de comunión, el estadio se levantó para acompañar un sprint eléctrico de Morci que culminó en una buena ocasión. La afición levantó sus bufandas y alzó sus gargantas y el equipo siguió y siguió, pero se dio de bruces con el rival.

En el minuto 83, Juanto Ortuño cabeceó un centro lateral y marcó un gol que heló al albacetismo, que ahora mira a un nuevo choque en casa: en siete días exactos, a la misma hora que hoy, ante el Cádiz CF.