El Ayuntamiento de Azuqueca de Henares avanza en la creación de un protocolo destinado a intervenir en los árboles del patrimonio arbóreo municipal. Este esfuerzo busca minimizar los riesgos asociados a la caída de ramas o árboles, especialmente durante condiciones climáticas adversas. Antonio Expósito, concejal responsable de Parques y Jardines, subraya que el cambio climático ha incrementado la necesidad de este tipo de medidas, dado que frecuentemente se emiten alertas por fenómenos como calor extremo, frío intenso, vientos fuertes o lluvias torrenciales.
En la fase inicial del protocolo, se han identificado áreas con masas arboladas que presentan signos de pudrición, lo cual eleva el riesgo de fractura y caída. Según Expósito, estas afecciones son más comunes en olmos y chopos, y suelen estar relacionadas con podas previas realizadas para evitar interferencias con infraestructuras urbanas como fachadas o farolas. “A diferencia del arbolado en parques, donde se prioriza la formación natural del árbol, el arbolado urbano requiere intervenciones específicas”, señala el concejal.
Intervenciones para garantizar la seguridad
Los trabajadores municipales están llevando a cabo un seguimiento continuo para evaluar la estabilidad de los árboles que presentan problemas. Cuando se determina que existe un alto riesgo de fractura, se procede a realizar podas para reducir las copas afectadas. Estas acciones no solo buscan proteger a la ciudadanía y sus bienes, sino también mejorar la salud general de los árboles al eliminar partes dañadas por enfermedades.
Las podas programadas abarcarán todos los olmos situados en la Avenida de Alcalá, así como algunos ejemplares en la Senda de Enmedio, Plaza de Huertas y Carretera de Torrelaguna. Los técnicos han señalado que en estos lugares hay un notable riesgo de fractura. “Contamos con profesionales dedicados a prevenir accidentes mientras cuidan del patrimonio arbóreo del municipio”, afirma Expósito.
Cambio en las especies plantadas
Hace 15 años, el Ayuntamiento decidió dejar de plantar olmos y chopos en espacios públicos debido a los problemas recurrentes relacionados con la pudrición de sus ramas tras las podas necesarias. En su lugar, se han optado por especies mejor adaptadas al espacio reducido disponible, tales como melias, árboles de los farolillos, cipreses y pinos. También se han introducido variedades más resistentes a las heridas provocadas por poda, como fresnos y almeces.