¿A qué espera el insensato sin escrúpulos para deflactar el IRPF a todos los españoles?

“El País” lo dijo con claridad el 28 de septiembre de 2016 en su editorial Salvar al PSOE: “Sánchez ha resultado no ser un dirigente cabal, sino un insensato sin escrúpulos que no duda en destruir el partido que con tanto desacierto ha dirigido antes que reconocer su enorme fracaso”. Y remataba con contundencia: “Hemos sabido que Sánchez ha mentido sin escrúpulo a sus compañeros. Hemos comprobado que sus oscilaciones a derecha e izquierda ocurrían únicamente en función de sus intereses personales, no de sus valores ni su ideología, bastante desconocidos ambos”.

Ahora, en 2025, la pregunta es inevitable: ¿a qué espera este insensato sin escrúpulos para deflactar el IRPF y aliviar la carga fiscal de todos los contribuyentes españoles?

Los analistas del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF), órgano especializado en fiscalidad del Consejo General de Economistas de España, han señalado que cada contribuyente español con una renta media de 30.000 euros podría haber dispuesto de 255 euros más, si se hubiera deflactado la tarifa del IRPF conforme al IPC acumulado de los últimos tres años. En términos relativos, este ajuste habría representado un ahorro del 12,5% para cada contribuyente español, de haberse tomado la decisión oligada y adecuada.

Deflactar el IRPF significa ajustar los tramos impositivos a la subida real del IPC y la inflación. Este mecanismo es clave para evitar que, con la mera actualización salarial, los contribuyentes españoles sean empujados a pagar un porcentaje mayor de impuestos sin un incremento real en su poder adquisitivo. En otras palabras: sin deflactación, la inflación engorda la recaudación del Estado a costa de los bolsillos del contribuyente español.

Y esto no es nuevo. Desde 2015, ningún gobierno ha llevado a cabo una deflactación del IRPF. Ni siquiera bajo la batuta de Cristóbal Montoro como ministro de Hacienda. Como bien ironiza Esperanza Aguirre: “¿Montoro? Ah, sí, ese que teníamos en el PP y era socialdemócrata, y ni él mismo lo sabía”.

La realidad es que la economía del contribuyente español ha soportado una inflación acumulada del 23% desde 2015, según datos del INE. Si echamos cuentas sobre lo que cada contribuyente español podría haber ahorrado si el IRPF se hubiera deflactado desde entonces, más de uno verá cómo se le dispara la tensión al comparar esta dejadez al observar cómo se prepara el terreno para la condonación de 77.000 millones de euros de la deuda catalana, de un total de los 88.000 millones que debe.

Por cierto, he repetido deliberadamente el término "contribuyente español" a lo largo de esta columna.

¿Contribuyente? Sin duda. Como bien dijo Benjamín Franklin: “En esta vida solo hay dos cosas seguras: la muerte y los impuestos”.

¿Español? También. Pero, visto lo visto, si seguimos por este camino, seremos más quijotes que españoles…

Ahí queda eso.