El Barcelona
El Legado de Joan Laporta
Jordi Badel
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:14h
Quiero concluir esta semana y en este nuevo número con mis opiniones sobre directivas, asambleas, entornos y demás asuntos que nos importan menos a los aficionados. Pero no seamos hipócritas, lo que la afición quiere es que su equipo juegue bien y gane títulos.
Los millones que se deban nos la traen al fresco. Todos los clubes están endeudados y Rosell tiene derecho a denunciarlo. Es su deber, pero todo lo que sea dar un paso más (ir a los tribunales) puede volverse en contra del propio F.C. Barcelona, porque no conozco casos de dirigentes condenados por unas cuentas maquilladas o por su mala gestión.
E l gran pecado de Laporta ha sido utilizar el cargo de presidente para dar el salto a la política, queriendo reducir el barcelonismo a una expresión corta, paleta y aldeana. El barcelonismo no puede quedar reducido a Barcelona o a Cataluña (¿quién duda de su catalanidad?), ni tan siguiera a España. El barcelonismo es UN SENTIMIENTO UNIVERSAL, ya que he visto en Nueva York gente con la camiseta del Barça y mi amigo Rafa Alcala, en la selva de Guatemala, entró en un poblado y salió a recibirle un aborigen con la camiseta de Stoichkov.
P ero no seríamos justos sino reconociéramos los grandísimos aciertos que ha tenido Laporta durante su mandato, entre los que destaco: Expulsar a los violentos del Camp Nou, llevar en la camiseta el nombre de Unicef, acertar con los dos entrenadores Frank Rijkaard y Pep Guardiola, devolver el esplendor económico al club, dirigir la etapa más gloriosa de la historia del club en cuanto a títulos y ser el presidente del mejor jugador del mundo, Leo Messi. Casi nada. ◆