GUADALAJARA

El rescate europeo y el Plan USA

Columna de Economía de Arturo García

Miércoles 22 de octubre de 2014
De nuevo, estamos oyendo la posibilidad de impago de Irlanda, el siguiente país a Grecia, y la disponibilidad de la Unión Europea a rescatarlo.

Las cifras manejadas son de escándalo. Recordemos que la Unión Europea, a la vista de la total quiebra inminente de Grecia y el peligro de otros países, en un fin de semana de reuniones creó un fondo de unos 700.000 millones de Euros para rescatar a los países que fuese necesario y/o tranquilizar a los mercados. Los siguientes países en la lista de rescate, después de Grecia e Irlanda, son Portugal y España.

Si se piensa objetivamente, no invita al optimismo. En primer lugar, varios de los países miembros de la Unión Europea están en riesgo de impago, entre ellos España, lo que ya es para comenzar a correr. En segundo lugar, la Unión Europea ha sido incapaz de prever y evitar esto, y ha pretendido arreglarlo en un fin de semana a fuerza de centenas de miles de millones de euros, lo que es para no parar de correr hasta estar muy lejos de aquí.

Después de varios años de Unión Monetaria, los países comienzan a darse cuenta de los peligros de no tener política monetaria autónoma, y haber adoptado una moneda que no es la suya propia.

Una vez que no tenemos Política Monetaria, todo se fía a la Política Fiscal. Lo que no sé si nos damos cuenta es que esto es voluntario. Es decir, la Unión Europea no sólo es el Euro (Unión Monetaria Europea). Hay varios países que están dentro de la Unión Europea, y no están dentro de la Unión Monetaria. Simplemente consideran que no es bueno para ellos abandonar la posibilidad de manejar su Política Monetaria, y tampoco es bueno para ellos dejar de tener su propia moneda y adoptar otra. En España, sin embargo, ni siquiera se ha discutido esta posibilidad. Una vez que no tenemos Política Monetaria independiente, debemos manejar con mayor fuerza la Política Fiscal. Sin embargo, poco hemos hecho a este respecto. También debemos manejar con cuidado los desequilibrios. Los creadores del Euro sabían esto, y por eso establecieron límites relativamente estrictos del déficit en el 3%, Deuda Pública del 60% del PIB, etc.

Sin embargo, casi todos los países han franqueado los límites anteriores, y no ha pasado nada. Podemos poner como ejemplo a España. Aquí hemos conseguido casi casi quebrar nuestras Finanzas Públicas cambiando aceras. Ahora toca pagarlas incrementando impuestos, bajando sueldos, aumentando la edad de jubilación, entre otras consecuencias. En fin, ¡cosas veredes, Sancho!
Mientras tanto, en los Estados Unidos, han aprobado el segundo plan de compra de Deuda Pública que realizará la Fed. Serán 600.000 millones de dólares. Bernanke considera que la recuperación de la Economía es débil y lenta, y que no sólo no existe un riesgo inflacionista, sino más bien deflacionista. Comprando Deuda Pública (La Fed emite dinero y compra deuda a sus tenedores), aumenta la liquidez en el sistema económico, lo que incentivaría la recuperación. Piensan que el problema de la inflación está lejos. Otro efecto esperado es que la compra masiva de deuda pública disminuirá los tipos de interés (no hará falta ofrecer un tipo de interés atractivo para colocar la deuda porque la demanda está asegurada por la Fed), lo que redundaría también en una mayor inversión de las empresas y personas. Otro de los efectos destacables es que la bajada de los tipos de interés de la deuda pública estadounidense provocará una menor demanda de dólares por parte de los inversores internacionales, lo que conllevará una depreciación de esta moneda, favoreciendo las exportaciones y, por ende, la economía. Todos los efectos anteriores son a nivel teórico. En la práctica, ya se verá. Los liberalistas están en contra de la intervención del Estado en la Economía, y también están en contra de este Plan.

Viendo estos acontecimientos desde la distancia, debemos reconocer que hay diferencias. En los Estados Unidos están discutiendo sobre cómo agilizar la recuperación económica, y los efectos que tendrá su Plan, mientras que devalúan su moneda para afrontar la guerra de divisas que parece que se avecina. En Europa, por el contrario, estamos haciendo quinielas a ver si habrá que rescatar a Irlanda o no, y quiénes serán los siguientes países. Desde luego, prefiero el debate estadounidense al europeo.

El G-20, por último, en su reunión en Corea, no ha aprobado nada especial, como era de esperar. China hará lo que estime conveniente con su moneda, y el resto de países también. Es la guerra de divisas, en la cual cada país intentará devaluar su moneda para favorecer las exportaciones y, de esta manera, apoyar el crecimiento económico.◆

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