GASTRONOMIA

Los mejores callos y oreja del casco histórico y turístico de Pastrana

Ismael Roldán y Eva dirigen el Bar-Cafetería "La Comarca" en Patrana

REDACCION | Miércoles 22 de octubre de 2014
El bar La Comarca se presentó en sociedad en febrero de 2011. Con él se hacía realidad el sueño de este matrimonio madrileño, que un buen día decidió hacer las maletas en busca de un lugar tranquilo en el que vivir y criar a sus hijos. Primero, el destino les llevó hasta Hontoba. Allí estuvieron al frente del bar social ‘El Mirador de Hontoba” durante más de 12 años. Durante ese tiempo hicieron muchos de los amigos que hoy siguen conformando parte de la clientela habitual del bar cafetería “La Comarca”. Sin embargo, al final echaron el ancla en Pastrana por la cercanía y por el fuerte atractivo turístico que tiene la zona. Luego encontraron el local situado en el número 8 de la Calle Mayor, un local diáfano situado en pleno casco histórico e ideal para levantar su sueño. SIGUE

Ismael no se lo piensa dos veces al responder a la pregunta de cuál es su especialidad: Los huevos rotos y las croquetas, pero le cambia la voz cuando habla de las raciones de callos y oreja, receta especial de la casa. “Tengo dos cocineras, una de ellas mi mujer, que estudió en la Escuela de Cocina de la Casa de Campo”, afirma con orgullo. “Cuando abrimos, pretendía trabajar más la zona de la barra, pero enseguida tuve que poner más mesas”. El bar había conquistado en pocos días el corazón y el estómago de los pastraneros y de todos los turistas que cada fin de semana visitan esta bella e histórica localidad.

La ayuda y colaboración de FADETA llegó “en el momento más oportuno” para aportar una subvención de más de 10.000 euros. Gracias a ella, pudieron realizar los últimos remates en el local. Tras más de un año de andadura, esta pareja entiende que “algo estaremos haciendo bien cuando la gente vuelve y cada vez nos visitan más turistas”.

La prueba de fuego, según relata, la vivieron con motivo de la Feria Apícola de Pastrana. Aunque hay apicultores y agricultores que se acercan a la localidad solo con motivo de esta feria, “entraron por la puerta saludando como si fueran clientes de toda la vida porque se acordaban del trato recibido el año anterior”.

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