Tirando a dar
Enrique Largacha Duce
Enrique Largacha Duce | Miércoles 22 de octubre de 2014
Tuvo que ser una inoportuna lesión de rodilla la que retiró prematuramente a Santiago Antúnez de la práctica activa del atletismo (Campeón Nacional de Cuba, en los Primeros Juegos Escolares) y creador del equipo de béisbol cubano, allá por la temporada 65/66.
Con 19 años y una seria lesión, el mundo del atletismo ganó para la causa a un entrenador que se ha dejado casi media vida de estadio en estadio, de país en país, de un avión a una pista de atletismo. En este caso no hubo mal, que por bien no vino. Santiago grandísimo entrenador y absolutamente mejor persona, es cubano de nacimiento y alcarreño de adopción. Su gran corazón (que no le cabe en el pecho) lo reparte entre su Villaclara (Cuba) y la Guadalajara que le acogió, de la mano de Juan José Díaz, guía espiritual de la Selección Cubana de Atletismo.
Hace aproximadamente una semana recogía en Mónaco, de manos del Ministro cubano del Deporte, Alberto Juantorena, (deferencia de la organización del evento), el trofeo que le acredita, más que merecidamente, como mejor entrenador mundial de atletismo del año 2010.
A liuska López y el campeonísimo Dayron Robles (como figuras más destacadas que han pasado por sus manos), podrían hablar largo y tendido de lo mucho que tuvo que ver Antúnez en todos sus éxitos. Pero la actividad de Santiago no termina con este galardón. Se siente con ganas y con fuerza para seguir deslumbrando al mundo en una especialidad que conoce mejor que nadie.
FELICIDADES, HERMANO
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