Según ha desvelado El Semana Digital
Una clienta recrimina en un restaurante a Zapatero su "poca vergüenza"
Miércoles 22 de octubre de 2014
El expresidente sabe que su popularidad está aún hoy en cotas muy bajas porque la ciudadanía no le ha perdonado la situación crítica en la que dejó el país. Casualmente este jueves 9 de mayo de 2013 se cumplían tres años de su famoso tijeretazo en el Congreso a las pensiones y los sueldos de los funcionarios, el principio de su fin. SIGUE
El ex presidente del gobierno y su esposa Sonsoles Espinosa han pasado unos días de descanso en Marbella, uno de los enclaves elegidos por la pareja cada vez sus agendas de trabajo se lo permiten.
Aunque la escolta permanente que tiene asignada como exjefe del Ejecutivo vela por su seguridad y la de su familia día y noche, no puede evitar que de vez en cuando Zapatero se enfrente al acoso de los paparazzi e incluso a incidentes un poco más desagradables de lo que es que te tomen una foto a 'traición'.
Algo de eso les pasó a él y a Sonsoles Espinosa el pasado sábado 4 de mayo. El matrimonio decidió pasar el puente de mayo en Marbella, lugar de peregrinaje estival de muchos políticos socialistas y populares.
Aquel día ambos fueron a comer al restaurante Trocadero junto a otra pareja de amigos.
La casualidad quiso que Elena Tablada, Raquel Rodríguez y María José Suarez eligiesen el mismo establecimiento para comer, lo que provocó que a la puerta de las instalaciones se concentrasen varios fotógrafos. Hasta ese momento no se habían percatado de la presencia del matrimonio 'expresidencial' en la zona.
Según el relato que ha realizado a El Semanal Digital una de las clientas que disfrutaba también de la gastronomía marbellí desde una mesa no muy alejada, los guardaespaldas se movilizaron.
El barullo alerto a la gente y a media voz se oyeron en el restaurante algunos abucheos.
Zapatero, su esposa y sus amigos siguieron a lo suyo. Hasta que, de pronto, una mujer se acercó a la mesa del socialista y le dijo:
"Cómo tienes vergüenza de estar en un sitio como éste después de haber dejado este país hecho una ruina. Tenías que estar dentro de una cueva".
Un reproche en voz lo suficientemente alta como para que toda la sala lo escuchara.
Dos de los escoltas apartaron cortesamente pero con decisión a la alterada mujer. Y acto seguido hablaron con el encargado, quien les indico que lo más sencillo para evitar el acoso de los reporteros era salir por la puerta de atrás.
Lo que hiuzo el grupo, para frustración de los paparazzi:
"Cuando vimos a los escoltas nos dimos cuenta de que algo pasaba, fue entonces cuando descubrimos que se trataba del expresidente. A partir de ese momento todos se movilizaron, el restaurante esta junto a una urbanización privada y decidieron sacarles por allí, para que no captásemos ninguna imagen".
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