GUADALAJARA

Sigüenza participa en el Concurso Internacional de Pinchos y Tapas medievales

Olivenza coronará el 8 de junio al chef medieval del año 2013

REDACCION | Miércoles 22 de octubre de 2014
La bella ciudad pacense de Olivenza prepara sus mejores galas para acoger la sexta edición del Concurso Internacional de Pinchos y Tapas históricos que organiza la Red de Ciudades y Villas Medievales. Olivenza, símbolo de convivencia y diálogo de culturas por su pasado portugués y español, acogerá a once cocineros que lucharán, con la nobleza que se traen de cada una de sus ciudades de origen, por convertirse en el mejor chef medieval del año 2013. De forma previa, han tenido que superar el concurso previo que les ha coronado como los mejores cocineros históricos de su comarca. Ahora, representándola, optarán al título internacional. SIGUE

La filosofía del concurso difiere de otros similares, añadiéndole un toque especial. En primer lugar, entre los ingredientes de sus pinchos, los participantes sólo pueden utilizar aquellos que ya existieran en la Edad Media. Y además, deben tender siempre a usar aquellos que mejor definen a su tierra. Los cocineros que optan al premio proceden de las ciudades de Almazán (Soria), Consuegra (Toledo), Coria (Cáceres), Estella-Lizarra (Navarra), Hondarribia (Gipuzkoa), Laguardia (Alava), Olivenza (Badajoz), Pedraza (Segovia), Sigüenza (Guadalajara) en España, y Marvão y Vila Viçosa en Portugal.

Los visitantes que acudan a la joya de la arquitectura medieval y barroca que es la ciudad, podrán degustar cada tapa que compite. Los cocineros en liza las servirán en diferentes bares y restaurantes de acogida durante el fin de semana correspondiente a los días 8 y 9 de junio. De esta manera el turista podrá ver Olivenza siguiendo una ruta gastronómica de verdadera altura en once suculentas paradas. Los precios, populares. 2,5 euros el pincho, incluida una caña de cerveza o un vino.

El escenario del concurso, doble motivo de visita para españoles y portugueses

El origen de Olivenza está ligado a la definitiva reconquista de Badajoz por el rey de León, Alfonso IX, la primavera del año 1230. Para recompensar la participación que los Templarios a su servicio tuvieron en esa campaña, Alfonso IX les concedió los enclaves de Burguillos y Alconchel. Desde ese punto, la Orden creó la encomienda de Oliventia, erigiendo un templo a Santa María y levantando un castillo. Alfonso X el Sabio desalojó a los Templarios de aquella valiosa posición en la frontera y entregó el lugar al Concejo y Obispado de Badajoz. Más tarde, Olivenza sería cedida por la regente Dª María de Molina, en nombre de su hijo, menor de edad, Fernando IV de Castilla al rey D. Dinis de Portugal (Tratado de Alcañices, 1297). D. Dinis elevó la antigua aldea castellana a la categoría de Villa, reconstruyó la fortificación templaria e impulsó la colonización del término con portugueses. Sus sucesores reforzaron con diversas medidas, la posición estratégica de Olivenza, concediendo privilegios y regalías al vecindario y realizando importantes obras defensivas.

Tras el esplendor que vivió en el siglo XVI, Olivenza se verá envuelta de forma muy directa en la Guerra de Restauración (1640), siendo conquistada en 1657 por el Duque de San Germán y devuelta a Portugal al firmarse las Paces de Lisboa (1668). De este período data el diseño de sus fortificaciones abaluartadas, cuya construcción se dilataría durante la siguiente centuria.

El siglo XVIII se inicia con un nuevo conflicto bélico - la Guerra de Sucesión española - en cuyo transcurso es destruido el puente de Ajuda (1709). La posición de Olivenza se torna así especialmente vulnerable, rindiéndose sin resistencia a las tropas españolas que la cercan en 1801 (Guerra de las Naranjas). Por el Tratado de Badajoz de 6 de junio, Manuel Godoy la incorpora formalmente a la soberanía española.

Olivenza es en la actualidad una ciudad plenamente española por el sentir de sus habitantes, pero que no renuncia a su tradición lusa. Con respeto y cariño, todos los monumentos del pasado portugués, tesoro artístico recibido en herencia por los oliventinos, han sido recuperados y restaurados gracias a la iniciativa municipal.

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