Raúl Gracia “El Tato´ lidiando al toro `Veraniego´ de Victorino Martín en la Feria de Abril sevillana de 1997 / fotos: Campo bravo
Victorino Martín García defiende una fiesta en donde el toro es lo primero. Un toro íntegro, fiero y con trapío, que transmita al tendido la emoción de una encastada bravura
Miércoles 22 de octubre de 2014
Los saltillos de la A coronada suponen una dura prueba para los toreros. Ponerse delante exige, además de un gran conocimiento técnico del toreo y de este encaste, grandes dosis de entrega y valor. Por eso, un triunfo con los Victorinos vale su peso en oro.
¿El toro para el público o para el torero? ¿El que da miedo o el que se puede torear?
Victorino El toro siempre tiene peligro, y se cría para ser toreado. Pero, como te decía el otro día, hay toros que lo transmiten y asustan al tendido y otros no. En general se ha conseguido un toro más colaborador que fiero. Y creo que al final ha sido contraproducente. Porque ha obligado a suplir esa falta de emoción con tamaño. Lo que se ha perdido por un lado se ha ganado por otro, en detrimento del toreo y la lidia.
Se ha buscado un toro más toreable. Pero también los ganaderos están buscando fiereza para dar más emoción a las embestidas.¿Cómo relacionas los conceptos de fiereza, toreabilidad y bravura?
V Son parámetros distintos. Un animal puede ser muy fiero, muy toreable y muy bravo. Y hay animales que pueden ser poco bravos, pero muy toreables y muy fieros. Como los Atanasios. A Atanasio le han salido toros condenados a banderillas negras y que luego dieron triunfos importantes. Fueron fieros y sin embargo muy toreables. También encuentras toros muy bravos y toreables, pero nada fieros. Esos no dicen nada al tendido. Y es algo que por desgracia está pasando mucho en la cabaña brava.
Lo difícil es conseguir que un toro tenga esas tres cualidades.
V Cuando se consigue es la bomba. Yo recuerdo ahora un toro nuestro, el toro “Murciano”. Un toro bravo, fiero y toreable. El toro no tiene que salir con las orejas caídas. El toreo es una metáfora de la vida y se valora mucho más aquello que cuesta trabajo conseguir. El toro encastado, el toro fiero, el que a nosotros nos gusta, exige profesionalidad, conocimiento y valor. Está muy bien que a un toro se le corten las orejas, está muy bien que los toreros triunfen, pero no sin ton ni son.
¿Cuáles son los toreros que mejor han entendido la bravura de vuestro encaste?
V Ha habido muchos. Nombrar sólo unos pocos sería un disparate. Desde Andrés Vazquez, Dámaso Gómez, Miguel Márquez, Ruiz Miguel, los hermanos Campuzano, Mendes y Esplá, El Tato y Pepín Liria, Manuel Caballero… muchos. Robles y Capea también tuvieron una etapa que la entendieron muy bien. Casi siempre ha ido por parejas. Como Robleño y El Cid en esta última etapa.
Revisando vuestros resultados, y aunque la de Victorino no sea una ganadería que ponga fácil lo de cortar orejas, se observan épocas de mejores resultados que otras.
V El toreo está sujeto a muchos factores. A veces que se juntan toreros que entienden una ganadería. Y eso facilita mucho las cosas. Son muchos factores. Pero como dice el refrán: hay dos formas de mentir, una es decir la verdad y otra es hacerlo mediante estadísticas.
Tú además de ganadero eres veterinario. Hablando con muchos ganaderos, observo que ciencia y ganadería no van siempre de la mano. Son reacios a establecer una colaboración más estrecha entre ambos campos de conocimiento. Se ha avanzado mucho en temas de nutrición y sanidad. Pero, en temas como la genética, la selección o la heredabilidad, ¿se aplican todos los avances científicos al alcance?
V Hay ganaderos que se han modernizado más, que son más abiertos, y otros que son más reacios. Que duda cabe de que la ciencia está para algo. Y cuanto más conocimiento se tiene de un tema, mejor se domina. Yo creo que ese encuentro ya se está produciendo. Las cosas no son de un día para otro pero, de hecho, en la Unión de Ganaderos de Toros de Lidia se está trabajando con la Universidad Complutense de Madrid en un plan de selección y mejora.
Hablando de Madrid, vuestra historia está íntimamente ligada a la de Las Ventas. Habéis lidiado casi cien tardes en Madrid. Sin embargo, en 2010, no fuisteis. ¿No tenías de verdad una corrida para Madrid?
V Para nosotros Madrid es prioritario. Conocemos muy bien la plaza y consideramos que no teníamos la corrida adecuada. Nosotros sabemos como está Madrid en estos momentos. Y la corrida de Sevilla, por ejemplo, no valía para Madrid.
¿La de Bilbao tampoco?
V No. La de Bilbao tampoco.
Y esta temporada, ¿si se verán los Victorinos en Las Ventas?
V Es pronto todavía. Hay que dejar a la empresa que ella diga lo que tenga que decir.
Si no empiezan con las rebajas. La vuestra es una ganadería cara, sino la más cara de todas. Hay ganaderos que hablan de dumping y denuncian que se están pactando acuerdos para bajar el precio de las corridas.
V Todo el mundo está afectado por la crisis. Pero creo que el ganadero no puede bajar más, porque los costes de producción de un toro son muy altos.
En este panorama que muchos pintan tan negro, hay empresas y proyectos más sólidos que otros. Una ganadería con vuestra envergadura e historia, ¿tiene garantizada su continuidad?
V Estamos siempre en el aire. Fíjate lo que le ha pasado a Cobaleda. Un vacío sanitario ha dado al traste con el trabajo de varias generaciones. El ganadero está muy indefenso en el tema sanitario. Y duerme con el alma en vilo porque cualquier jabalí, cualquier ciervo o cualquier zorra que se meta en tu explotación puede destrozar el trabajo de varias generaciones. El ganadero atraviesa momentos muy delicados porque no es considerado en ningún sitio. Trabajamos más que nunca, tenemos que pasar más controles que nunca y estamos menos considerados que nunca. El momento no es nada sencillo.
En este contexto, ¿tienen mucha importancia las políticas de ayudas y subvenciones? ¿El apoyo de las instituciones al sector?
V La verdad es que no. En líneas generales, y a pesar de las ayudas de la Comunidad Europea para las explotaciones extensivas, la ganadería, y sobre todo de bravo, no está bien comprendida ni valorada. Ni en España ni en Europa.
El 2010 ha sido un año duro. ¿Cómo ves este 2011?
V Me gustaría equivocarme, pero apunta muy mal. Muchos son los que piensan que la crisis no ha tocado fondo y que en 2011 vamos a seguir cayendo. Ya no en el mundo del toro en particular, sino en el país en general.
¿Qué cambiarías tú para que mejorara la situación?
V Cambiar, habría que cambiar el país. Y en el toro, que no está fácil, hace falta más compromiso por parte de todos. Y, sobre todo, habría que conseguir que el mundo del toro entrara más en la sociedad. Para eso tenemos que conseguir una mayor presencia en los medios audiovisuales.
La presente temporada es una dura prueba. Para las gentes del toro y para el país en su conjunto. De nuestra profesionalidad, de nuestro conocimiento y valor, y de la comunicación entre todos, dependen nuestras posibilidades de triunfo. El toreo y la bravura, sirven una vez más de metáfora para hablar de la vida. El reto es grande, pero como dice Victorino, “se valora mucho más aquello que cuesta trabajo conseguir”. Suerte para todos y al toro.
Texto: Carlos Arévalo
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