Nos estamos acostumbrando temporada sí y temporada también a vivir partidos al borde del infarto en el Pedro Escartín. El del pasado fin de semana no tuvo nada que envidiarle a encuentros como el del Conquense en la primera vuelta o tantos otros que hemos guardado en nuestra retina en los últimos años, sobre todo en Segunda División B.
Alternativas en el juego y el marcador, penaltis, expulsiones, jugadas polémicas para el análisis... el enfrentamiento ante el Cacereño tuvo absolutamente de todo, fue un gran espectáculo de cara al espectador, sin embargo con ello llegó el desorden, la locura y la precipitación, algo que poco o nada gusta al técnico vasco del Deportivo Guadalajara.
Por quinta jornada consecutiva, Míchel y Rubén Cuesta tuvieron que ver el partido desde la grada ¿decisión técnica?, cada semana se nos hace más complicado entender ésta, como la motivación principal por la cual Carlos Terrazas ya no cuenta con ellos. Tampoco estuvo Iván Moreno, sancionado, al que se echó de menos.
El choque fue un toma y daca desde el principio, con mayor dominio del balón y posesión por parte de los de casa, pero con continuas llegadas al área de los extremeños. Así transcurrió la primera mitad, hasta que en el 22’ y en la enésima internada por banda de un omnipresente Ernesto, Juanjo, de cabeza haciendo bueno el centro desde la izquierda, ponía el 1-0 en el marcador. Poco más ocurrió en un primer periodo dinámico e intenso, que pudo haber concluido con empate de no ser por el poco acierto visitante.
En la reanudación, el Depor volvió a coger el mando, buscando ampliar diferencias. Hasta que llegó el gol de la igualada. Luismi, que había entrado en el descanso, recogía un rechace dentro del área tras el disparo de Rocha, para, ante la sorpresa de todos, hacer el 1-1. Cinco minutos de vértigo para un Cacereño que se ponía por delante merced al segundo tanto de Luismi ante la pasividad de la zaga morada. El equipo dirigido por Carlos Terrazas no reaccionaba y aún pudo ser peor si el propio Luismi no hubiera errado un dudoso penalti que acabó con la expulsión de Antonio Moreno. A la desesperada el conjunto local logró el merecido empate en un final de alto voltaje, no apto para cardíacos. Aníbal rescató un punto para un Guadalajara que viajará a Cuenca el próximo fin de semana y que volvió a desaprovechar el resbalón de los equipos cabeceros. ◆bídž