El Club se ha proclamado campeón en el Open Internacional celebrado este sábado pasado en Segovia. De los 30 deportistas cabanilleros que acudieron al torneo, 25 lograron medalla.
REDACCION | Miércoles 22 de octubre de 2014
Haciendo lo que mejor sabe hacer: competir y demostrar su superioridad en el tatami. De esta forma ha cerrado temporada el Club Taekwondo Cabanillas, que el sábado día 29 de junio volvió a subir a lo más alto del pódium al proclamarse campeón del I Open Internacional celebrado en Segovia. SIGUE
Al torneo acudieron representantes españoles y del país vecino de Portugal, que compitieron en las categorías precadete A, B y C –desde los 4 años hasta los 10–, cadete, junior, senior y veteranos. La delegación cabanillera que viajó a la ciudad castellano-leonesa –capitaneada por el maestro Juan Barriopedro ‘Franchi’ y el coach Gonzalo Franco– estuvo integrada por una treintena de deportistas, de los que 25 lograron medalla. De las preseas con las que el Club campiñero regresó a casa, 9 fueron de oro, de plata y otras tantas de bronce.
Por categorías, Judit López y Adelin Culica se proclamaron campeonas en Precadete B, mientras que Nerea Esteban quedó subcampeona y Carlos Aguado fue tercero.
En Precadete C, Estela González, Laura González y Víctor Ramírez se llevaron el oro. Por su parte, Sara Carrión, Andrea Herranz, Marta Gallego y Sergio Ares lograron el subcampeonato, mientras que Alba Gala, Diego Ares y Martín Pérez lograron sendos bronces.
Las competidoras cadetes Clara Plaza y Miriam Alcalá –ambas fueron bronce en el pasado campeonato de España– consiguieron subir a lo más alto del pódium de honor. Asimismo, Yaiza López resultó subcampeona y María Aguado, Alejandro Correas, Denis Culica y Enrique Romillo ocuparon el tercer puesto de su categoría .
En junior, Álvaro Rey se proclamó subcampeón, y Sandra Cifuentes –actual subcampeona de España Absoluto– y Alejandro Diez fueron los mejores en la categoría senior. Por último, Sonia de Lucas fue subcampeona.
Para aplaudir la excelente preparación y esfuerzo del Club cabanillero, un autobús repleto de aficionados se desplazó a Segovia calentando la grada con bombos, trompetas y megáfonos. Los seguidores no cesaron de jalear y animar a sus jóvenes y prometedores deportistas, haciendo más sencilla la consecución del triunfo.
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