TOROS

Fitur 2011 ha presentado la iniciativa ‘Territorio Toro’, en defensa del toro como motor de empleo

A través de Territorio Toro se podrán conseguir visitas desde aproximadamente 35 euros por persona para grupos de más de 25 y desde 55 euros para visitas individuales, con un mínimo de tres personas, dependiendo de las distintas fincas que se deseen visitar y del tipo de actividades y servicios. / Foto: Campo Bravo

En Fitur 2011 celebrada esta semana en Madrid, fue presentada la iniciativa Territorio Toro, donde se resaltó el toro como valor cultural, motor de empleo y ejemplo de economía sostenible

Miércoles 22 de octubre de 2014
En el marco de la feria internacional del turismo celebrada esta semana en Madrid, fue presentada la iniciativa Territorio Toro.

Un proyecto apoyado por las diputaciones de Sevilla, Huelva, Cádiz, Jaén y la Junta de Andalucía, que han coincidido con los profesionales del toro al señalar al campo bravo como un destino capaz de generar un valor cualitativo y diferencial en su oferta turística. Sus representantes aprovecharon para resaltar la importancia del toro como valor cultural, protector del medioambiente, motor de empleo y ejemplo de economía sostenible.

La iniciativa de un grupo de ganaderos propone al viajero, aficionado o no, conocer por dentro esas magníficas dehesas, auténticas reservas naturales donde el toro es rey y donde la naturaleza se expresa en toda su plenitud. Los secretos de la tienta y las labores del campo, su rico patrimonio ecológico y genético, su entorno paisajístico o la arquitectura de sus cortijos y haciendas.

El proyecto ha logrado movilizar a través de la Mesa del Toro a los Gobiernos de estas regiones. Lo público se une así con lo privado, trabajando sobre un novedoso producto, buscando ahondar en los recursos turísticos de un sector con un enorme potencial.

El turismo es la primera industria de nuestro país. Al calor de nuestras costas y de nuestras gentes acuden millones de visitantes todos los años. Con su clima, su gastronomía y la enorme riqueza de su patrimonio histórico, artístico y cultural, España está en las primeras posiciones del ranking mundial de los países más visitados. Cincuenta y tres millones de turistas contabilizados el pasado año la sitúan sólo por detrás de Estados Unidos, Francia y la emergente China, que nos acaba de arrebatar la tercera posición. Por ingresos, somos el segundo país en el mundo, y el primero de Europa, por delante de Francia. Pero el mercado turístico es cada día más competitivo, y el viajero cada día más exigente. Más y mejor informado, busca además destinos con un alto valor cultural, calidad, diversidad y la mejor relación calidad-precio.

Con estos datos en la mano, no se entienden las prohibiciones, zancadillas y frívolas descalificaciones hacia un sector que genera más de 200.000 empleos directos y mueve anualmente cerca de 2.500 millones de euros. El segundo espectáculo de masas de nuestro país garantiza la pervivencia de nuestro patrimonio natural y es un importante reclamo para el turismo interior y exterior. Desincentivándolo desde administraciones y ayuntamientos no se ha conseguido ahorrar dinero sino empobrecer y fragilizar una parte importante de nuestra acosada economía. Y con ella a todos nosotros.

Por eso debemos felicitarnos si nuestros representantes parecen tomar conciencia de su valor y se significan en el apoyo a iniciativas varias como Territorio Toro y otros proyectos que, como La Ruta Taurina del Valle del Guadalquivir -también presente en Fitur -, Turitoros o Turistaurino ya están en marcha en otras localidades, provincias y comunidades. Esperemos,pues, que no se trate tan sólo de palabras, y el que el apoyo se traduzca en hechos tangibles, en promoción, en recursos técnicos, humanos y financieros. El sector privado: la banca, la hostelería, los mayoristas y agencias de viajes o los transportistas que se benefician de su actividad también deben significarse.

España es tierra de toros por más que algunos quieran negarlo. La tauromaquia pertenece a nuestro acervo cultural y es, además de una de sus más singulares manifestaciones, una marca atractiva y rentable que para sí quisieran muchas naciones. No una marca excluyente, sino una marca a disposición de todos y para beneficio de todos.

El toro da mucho más de lo que recibe.

Texto: Carlos Arévalo Nonclercq

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