A la octava fue la vencida en 2ª B. La victoria ante el Conquense consolida a los morados en la zona noble
JUAN ADARVE | Miércoles 22 de octubre de 2014
Como se suele decir, las estadísticas están para romperse, algo que le ha costado cuatro años conseguir al Deportivo Guadalajara y ocho enfrentamientos de máxima rivalidad ante el equipo de nuestros vecinos regionales de Cuenca. Nunca había ganado el equipo alcarreño al Conquense en la Segunda División B. Una leyenda negra que no podía perdurar en el tiempo, máxime cuando los de Guadalajara siempre han acudido a Cuenca con la necesidad por bandera.
Por fin, un triunfo en un estadio siempre hostil, como es el de La Fuensanta. Estos tres puntos no sólo sirven para hacer añicos el nefasto balance ante el Conquense, sino para, de una vez por todas, aprovechar los pinchazos que ha habido entre los conjuntos que ocupan los primeros puestos de la clasificación. Tras dos empates ante rivales teóricamente más débiles, como lo son Cerro Reyes y Cacereño, el Depor, de nuevo con dos delanteros en sus filas iniciales, comenzó de manera muy positiva el partido, dominando y creando peligro desde la bandas, gracias a Ernesto y la vuelta de Iván Moreno. En una primera mitad equilibrada e intensa, los de Terrazas supieron imponer su ritmo; aunque, como durante toda la temporada, de forma irregular. La realidad es que el gol conseguido en el minuto 7 por Javi Soria, rematando un balón que venía desde el costado derecho, facilitó bastante las cosas para los morados. El Conquense opuso poca resistencia, sobre todo en labores ofensivas, creando mínimo peligro en sus acercamientos a la portería de Saizar. Con el resultado de 0-1 las dos escuadras se marcharon al descanso. En la segunda parte, cambió el guión, el equipo de casa adelantó líneas buscando el empate, conseguido en el minuto 46, tras un saque de esquina por Belencoso, mientras los visitantes intentaban aprovechar los espacios que dejaba su rival atrás. Esta vez las tornas se cambiaron; cuando más apretaba el Conquense llegaría el gol de la victoria. Aníbal, en estado de gracia, aprovechaba un error garrafal de la defensa de Cuenca para recoger un balón muerto y con frialdad y calidad batir por bajo al portero Edouard. Quedaban 20 minutos para el final y a pesar del empuje de los locales, unas veces las paradas de Saizar, otras las intervenciones defensivas de los centrales alcarreños y la mala suerte posibilitaron que el Depor mantuviera un resultado que apacigua los ánimos de la afición de Guadalajara y acerca los suyos a los puestos de ascenso.
Sólo un detalle, Míchel volvió a jugar unos minutos, tras cinco jornadas consecutivas relegado a la grada. La semana que viene el Deportivo recibirá en el Escartín al Atlético de Madrid B.
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