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Christina Rosevinge. Los dolores de la joven Dolores

Música

Miércoles 22 de octubre de 2014
La rubia madrileña no encaja con un nombre tan potente como Dolores. Ni tampoco es tan joven ya. Los tiempos de Alex y Cristina, el festival de la Oti y el rollete de la “movida” madrileña quedaron en el olvido. Pero es que lo que inspira el título de último disco de Christina Rosevinge no es una mujer sino un barco que unía hace años la isla de Formentera con Ibiza. Y ahí sí se la ve bien, sufriendo el sufrido descanso en las islas.


Tras aparecer en la tele, en el cine y pasar por la manida escena indie americana, voló en mil pedazos, la partió un rayo y se juntó con el director de cine Ray Loriga, con el que tuvo dos hijos. Diez hombres más tarde, o tres -no llevo la cuenta, claro-, andaba buscando un buen psicoanalista que le explicara de qué va esto. No todo es mentira. En su nuevo disco, “La joven Dolores”, tras el éxito que obtuvo con su “labio partido”, como siempre con una buena banda, la compositora y cantautora nos recuerda una vez más a la sensual Jane Birkin y a la coqueta Bruni. Sin el erotismo carnoso y alentador de la primera ni la cristalina frescura de la segunda dama, se sumerge amablemente en sus pesadillas femeninas. A mí -he de reconocerlo-, esta muñequita rota siempre me ha provocado ternura.

Intérprete: Christina Rosevinge
Título La Joven Dolores
Género: Pop Alternativo
Discográfica: Warner Music

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