DEPORTES

Contra Los Violentos

El Barcelona

Jordi Badel

Miércoles 22 de octubre de 2014
Lo peor del mundo del fútbol es todo lo que huele a violencia. Partimos de un pensamiento muy básico: el fútbol es una fiesta, una celebración, un espectáculo para compartirlo con la familia, los amigos, los compañeros, los niños…


Cuando hablamos de fútbol, en pocos temas soy radical, pero en este asunto quiero mostrarme muy firme: hay que expulsar a los violentos de los estadios de fútbol. Basta ya del tópico de que un energúmeno aislado no empaña el comportamiento de una afición, de decir que siempre habrá algún estúpido que lance algún objeto, etc, etc. Hay que sacar de los estadios al energúmeno y al estúpido, no a las aficiones. Pero hay que educar no sólo a los aficionados, sino también a jugadores, técnicos y presidentes. No podemos permitir que se grite “Mourinho muérete”, “ese portugués, hijoputa es”, etc. No se puede permitir que un anuncio del Español diga que el Barça no es el rival, sino el enemigo. No se puede permitir un anuncio del Sevilla en el que unos jugadores se pintan la cara llamando a la “guerra” o a la “batalla”. No se puede permitir que a Abidal o a Casillas le tiren un objeto a la cabeza y que no pase nada. ¿Y si le dan en la sien? ¿Y si le saltan un ojo?
Propuestas: en una misma temporada, lanzamiento de objetos, gritos racistas o pidiendo muertes: sanción económica. Segunda vez: un partido sin público. Tercera vez: pérdida de 3 puntos. Cuarta vez: pérdida de 6 puntos. De esta manera los clubes y los aficionados no consentirán que vayan a los estadios los enemigos del fútbol. Eso sí, hay que dar ejemplo con los grandes. El primero, el Barça.◆

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