La Opinión de Andrés Aberasturi
Andrés Aberasturi | Miércoles 22 de octubre de 2014
Creo que se equivoca Rubalcaba apoyando a Cándido Méndez que en lugar de investigar seriamente lo que realmente está pasando o ha pasado en la UGT de Andalucía, se ha decantado por lo más fácil pero lo menos creíble: una magna conspiración política para acabar con los sindicatos y el sindicalismo. Lo de los EREs andaluces y toda la contabilidad paralela que se está denunciando con fotocopias de documentos, no es sino la culminación de un proceso de deterioro que los propios sindicatos se han venido ganando a pulso desde hace ya muchos años gracias al poder que les otorga la Constitución y que bloquea, en no pocos casos, la voluntad de los trabajadores que desde dentro de los propios sindicatos, SIGUE
Y mucho más desde fuera, se han ido separando de sus representantes y de sus organizaciones porque no han sabido evolucionar en el tiempo ni entender que la crisis es cosa de todos.
El declive del sindicalismo, que se ha evidenciado en las últimas convocatorias, no es bueno para nadie y se equivocan los que ven una conspiración en lo que no es sino la denuncia de unos hechos que tendrían que ser cortados de raíz por el propio sindicato depurando las responsabilidades. Pero no nos confundamos: una cosa es que haya unos cuantos mangantes, otra que los sindicatos hayan perdido su credibilidad y otra que exista una conspiración.
Lo que le debería preocupar a Cándido Méndez es lo segundo porque de mangantes, desgraciadamente, está el mundo lleno y las conspiraciones no se falsifican. Cuando se pierde la credibilidad es precisamente cuando no se persigue a los mangantes y se tienen que inventar conspiraciones en lugar de reflexionar y hacer autocrítica.
a.aberasturi
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