La formación consta de nueve sesiones presenciales de una hora y media cada una.
REDACCION | Miércoles 22 de octubre de 2014
La Dirección General de Mayores, Personas con Discapacidad y Dependencia de la Junta de Comunidades, ha puesto en marcha, este año en la provincia de Guadalajara, el “taller itinerante de memoria y prevención del deterioro cognitivo en personas mayores”. El proyecto, llevado a cabo por la asociación sin ánimo de lucro Omega Socio-Sanitaria, tiene lugar en Sigüenza en estos días. Su objetivo es prevenir los problemas que desencadena la pérdida de memoria. SIGUE
El programa, que cuenta con la subvención de la Junta de Castilla la Mancha, llegará a 32 municipios de la región.
El taller doncelino, en el que participan dos grupos de quince personas, ha quedado definido en nueve sesiones presenciales de hora y media cada una, y otras nueve no presenciales. Estas últimas consisten en tareas que los alumnos deben practicar a lo largo de la semana en su domicilio para las que disponen de un número de teléfono de apoyo al que pueden llamar donde consultar dudas.
Respecto a los contenidos, se ha diseñado una metodología nueva, muy orientada a la resolución de los problemas concretos de la vida cotidiana y adaptada a la gran variabilidad en los perfiles y características de las personas mayores, que les permite ejercitar de manera amena y divertida, las diferentes funciones cognitivas implicadas en el mantenimiento de la memoria.
Los alumnos trabajan con estrategias útiles en su día a día como telón de fondo, con el fin de que puedan aplicarlos de forma inmediata. “Es un programa individualizado, aunque en el marco de una dinámica de grupo”, explica Victoria Ruiz, directora técnica de la Asociación Omega Socio-Sanitaria.
“Los alumnos son personas muy dispares, algunos tienen conocimientos básicos, mientras otros tienen formación universitaria. Por eso no es un programa estándar, sino que se adapta a las necesidades de quienes lo siguen”, añade.
Las actividades incluyen las llamadas “estrategias de centros de interés” que relacionan las capacidades cognitivas de los mayores con su entorno más próximo: su familia, su casa, su calle o su pueblo. De esta manera los alumnos trabajan la orientación, la capacidad de abstracción y la memoria de una manera práctica y adaptada a su entorno. “Además, si a cada uno de los alumnos le interesa algo en especial, trabajamos con ellos a demanda”, explica Ruiz.
Las clases terminan siempre con un juego que añade a la sociabilidad necesaria para ponerlo en práctica, un elemento lúdico con el que pueden trabajar la memoria. Los monitores que imparten el curso tienen formación en sociología, pedagogía y sicología.
El proyecto se justifica porque el deterioro cognitivo es una enfermedad neurodegenerativa que comienza de forma leve y que evoluciona hacia distintas formas de demencia, entre las cuales, la más importante es la enfermedad de Alzheimer.
Entre las personas mayores, estas alteraciones son la primera causa de incapacitación y dependencia. En este sentido, la intervención mediante programas de estimulación cognitiva, ayuda a mantener una calidad de vida aceptable y retrasa la entrada en la dependencia, con el consiguiente ahorro en términos sociales y económicos.
Noticias relacionadas