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Pagani Huayra: con esta máquina, ni un Ferrari nos pondrá alcanzar

Su único rival será el Lamborghini V12 y el Bugatti Veyron; ni Porsche ni Ferrari podrán compararse a esta máquina

MAITE PEREZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
Si usted es de ese exclusivo club de privilegiados que pueden comprarse un coche de un millón de euros, éste es uno de los modelos entre los que puede escoger, el nuevo Pagani Huayra. La mítica casa italiana Pagani se supera a sí misma con este nuevo modelo deportivo inspirado en la leyenda de los Aymara.


La leyenda amerindia cuenta que el dios Huayra Tata, dios del viento, crea las brisas y los huracanes. Sólo abandona su refugio en las montañas cuando quiere demostrar la fuerza que posee a su esposa, la diosa Madre Tierra. Con su potencia, el dios viento Huayra puede alcanzar velocidades huracanadas, las mismas del Pagani Huayra, sin olvidar los términos de seguridad más exigentes.

El diseño de este vehículo ha sido perfeccionado prácticamente a mano durante cinco años. Cientos de diseños, ocho modelos en escala y dos en tamaño natural, con una escrupulosa atención por los detalles y una búsqueda constante de elegancia, como sólo los italianos saben hacer.

Hombre-máquina
Apenas se cierran las puertas, el Pagani Huayra transporta a su conductor a una nueva dimensión, en un mundo de sensaciones donde todos los sentidos quedan satisfechos, la vista, el olfato, el tacto y... la emoción se nos van hacia los componentes de cuero; los interruptores a ojiva; el mecanismo del cambio manual (que es casi como una brillante escultura cincelada a mano y que combina tecnología y tradición); el tablero de aluminio con relojes suizos; la consola central, inspirada en el teclado de un clarinete que maneja el sistema de climatización; el teléfono bluetooth; la navegación por satélite; un botón en el volante que permite escoger el tipo de condición de manejo... ¿Seguimos o prefieren deleitarse ustedes mismos? Si es así, tendrán que aguantar al menos tres años en una larga lista de espera para adquirirlo. Parece que ya son bastante los caprichosos apuntados. ◆

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