Muchos de estos peregrinos hicieron viajes de miles de kilómetros para acudir a ese acto histórico sin precedentes en la historia de la Iglesia Católica
Un viaje inolvidable para los fieles alcarreños desplazados a Roma para la canonización
REDACCION | Miércoles 22 de octubre de 2014
Cuatro Papas –dos vivos y dos santos-, miles de peregrinos, despliegue mediático y de seguridad. Canciones, aplausos, lágrimas, respeto, hermandad y mucha fe. Difícil no emocionarse en un día como el vivido pasado domingo 27 de abril con los testimonios de los fieles llegados a Roma por la canonización de San Juan XXIII y San Juan Pablo II. SIGUE
Muchos de estos peregrinos hicieron viajes de miles de kilómetros para acudir a ese acto histórico sin precedentes en la historia de la Iglesia Católica, noches sin dormir, incomodidades, peregrinos en sillas de ruedas, familias enteras, jóvenes, personas mayores.... pero como dicen los fieles, “debemos agradecerles estar aquí”. “No hemos dormido nada, llevamos aquí desde la noche del sábado para tener un buen sitio, pero ha merecido la pena” nos contaba Javier, uno de los peregrinos.
Nuestra diócesis de Sigüenza-Guadalajara estuvo presente en la canonización con medio centenar de fieles para los que vivir “in situ” la celebración de la Canonización ha sido un privilegio y algo difícil de olvidar. Entre los peregrinos se encontraba Marysia Szumlakowska, viuda de Narciso Yepes, de origen polaco y descendiente de la primera familia polaca que asistió a la primera misa privada de Juan Pablo II recién nombrado Papa.
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