Especial Semana Santa.
Lord Charles Albert | Miércoles 22 de octubre de 2014
En leche, de miel , con canela o de vino. Cualquiera opción es buena para disfrutar de este manjar en fechas tan señaladas. Pan, azúcar, leche, huevo y canela. Fritas en buen aceite de oliva, son las torrijas el postre más típico de Semana Santa. No solo las preparan en los mejores obradores, también los restaurantes más prestigiosos la añaden a su carta en estos días. Pruébelas deliciosas en Guadalajara en la pastelería Campoamor y si va a Madrid, pásese por La Marquesita en El Pardo. No se arrepentirá.
Se desconoce cuál es el momento exacto en el que las torrijas comienzan su andadura, sin embargo, se cree que datan de la Edad Media y, a partir de aquí, la receta se propaga con rapidez. Su cuna la encontramos en los conventos y era el remedio perfecto para aprovechar el pan sobrante. Poco tiempo después, se comenzaron a preparar en las casas.
Y es que aunque las torrijas se presenten como protagonistas de la Semana Santa, hay otras delicias propias de este momento: Las monas de pan o de huevo son propias de Madrid, Cataluña, Castilla, Levante. Es un bollo de levadura coronado por un huevo cocido.
Los hornazos son de pan: se elaboran más o menos igual que los 'bollos preñados'. En este caso, son salados. Suelen rellenarse de carne, chorizo o lomo y, aunque la carne estaba prohibida, los costaleros podían degustarlos, para no perder energías y realizar bien su labor. Los huevos de Pascua son los preferidos de los más pequeños y "su origen deriva de la fiesta pagana o fiesta de la primavera. Como del huevo nacía otro animal era un alimento muy venerado, era el paso de la vida a la muerte", nos aclara Esteban Fernández. La costumbre de cubrirlos de chocolate tuvo lugar con las primeras exportaciones de cacao procedentes de las colonias americanas.
Fdo.: Lord Charles Albert
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