El grupo, que llegó a las seis de la tarde a la localidad ribereña, departió tranquilamente con los trillanos e incluso cenó en uno de los bares del pueblo, Casa David, mezclado con el público, muchos de ellos, fans suyos.
REDACCION | Miércoles 22 de octubre de 2014
Celtas Cortos llegaron ayer al filo de las seis de la tarde a Trillo. Todo el personal que les atendió decía lo mismo: “son muy majos”, utilizando la misma palabra que emplean ellos en uno de los muchos himnos generacionales que han compuesto y que interpretan en cada concierto. SIGUE
Los músicos vallisoletanos confirmaron en Trillo la misma accesibilidad de la que han hecho gala esta semana pasada, que tenían llena de actuaciones, pero en la que han encontrado un hueco para atender a los medios de comunicación que se lo solicitaron para hacer el previo de su actuación de ayer.
Después la prueba de sonido y de ponerles las cosas muy fáciles a los montadores y técnicos, “sin ninguna exigencia”, comentaban ayer, se fueron a cenar a Casa David, uno de los bares de Trillo, donde departieron amablemente con todo aquel que los reconoció y se acercó a saludarles. Igualmente Alberto García, violinista de Celtas Cortos, atendió las preguntas del Ayuntamiento el tiempo que se le requirió. La primera era obvia. ¿Por qué Celtas Cortos? “Es una historia de amor en dos sentidos. Varios miembros del grupo fumaban aquella marca de cigarrillos. Pero también tiene que ver con un profesor del Instituto Delicias de Valladolid. El fue quien inculcó en nosotros el gusto por este tipo música. Hace muy poco vino a escucharnos tocar en un pueblo de Madrid. El hombre dudaba si le íbamos a reconocer. Por supuesto que lo hicimos. No sólo eso, también le dedicamos el concierto, porque pasan los años y te das cuenta que hay detalles, personas, que pueden cambiarte vida. Se llama Luis Martínez de Tejada. Escuchaba mucho a Gwendal, el grupo bretón francés, y música irlandesa. Tocaba el violín y formó un grupo de música como actividad extraescolar del que surgió Celtas Cortos”.
Sobre “Contratiempos”, su nuevo disco que se publica el día 16 de septiembre, García afirmó que “tenemos en cuenta nuestros precedentes para no repetirnos y nos arriesgarnos con algo nuevo en cada trabajo. Hemos hecho lo mismo en este disco, quizá más que nunca. Esperamos que evitar fórmulas antiguas no sea sólo un experimento y suponga un paso adelante, una maduración. El disco nos ha costado mucho, más de lo que esperábamos. Ha sido una retahíla de tropiezos, pero creemos que nos hemos levantado bien de todos ellos”.
Además de uno de los temas de este “Contratiempos” en el concierto de anoche sonaron todos los himnos generacionales de la banda. Cuestionado sobre qué se siente al ser autor de algunas de las canciones más recordadas del pop español, el violinista manifestó no tener “la sensación de pertenecer a algo tan grande” sino más bien de estar centrado en “el día a día, sabiendo que un tropiezo grave te puede costar la continuidad”. El violinista afirmó que es un orgullo tener en el repertorio canciones que fans de varias generaciones se saben de memoria, “pero realmente de nosotros se pueden olvidar en un verano, por suerte, porque ser consciente de ello te obliga a no dormirte en los laureles”.
Sobre su relación con Guadalajara, los Celtas Cortos sienten la cercanía del carácter del público con el de su Valladolid original. En 27 años de carrera han tocado muchas veces en nuestra provincia, en “Azuqueca, Guadalajara o Sigüenza, que recuerde así de primeras”. De los chavales que se conocieron en el Instituto Delicias “queda algo de la ingenuidad inicial, cada vez menos, esas ganas de seguir sorprendiéndose a uno mismo, de ganarse al público y de dejarte llevar por las cosas más nimias del día a día. En realidad creo que queda bastante, porque eso es lo que mantiene la llama encendida”.
Cuando García supo que había sido la Comisión de Festejos de Trillo la que había elegido la actuación de 2014 prácticamente por unanimidad, afirmó que “eso lo dice todo”. Allá donde tocan, “queremos compartir nuestra vivencia de la música y contagiarla y, si de salida ya tienes parte del camino recorrido, la conexión es más rápida”. Anteayer tocaron en Utrillas (Teruel), la pasada noche en Trillo, y aún les esperan otros seis conciertos más antes del día 15 de septiembre. “Vivimos el hecho de hacer carretera como una suerte absoluta que nos permite dedicarnos a la música, vivir de ella y hacer lo que más nos gusta”.
Después de cenar en Los Sopapos, como se conoce en Trillo al bar, tres mil fans, según la estimación de la Guardia Civil de Trillo que había organizado un dispositivo especial para velar por el correcto flujo del tráfico y abundar en la seguridad, se dieron cita en la calle Jardines para escuchar todos sus himnos generacionales, también el del 20 de abril, la noche de un 6 de septiembre.
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