Así lo han votado las peñas de Trillo en la IV edición de las “Barcas por el Tajo” en la que han participado 28 artilugios flotantes en el que es el desfile de carrozas acuático de las fiestas
REDACCION | Miércoles 22 de octubre de 2014
A partir de las 13 horas, y este año desde dos amarres, uno a cada orilla del Tajo, puesto en cualquiera de los dos no hubieran cabido los veintiocho “estaribeles” flotantes que han participado en las Barcas por el Tajo, los trillanos han echado al río su mejor humor. SIGUE
En los puertos de salida les esperaban Basilio Pérez, María José Ranera y Laura Moreno, miembros de la Comisión de Festejos, que se encargaron de tomar nota de los participantes y de ordenar su salida. Igualmente fueron ellos también quienes entregaron los trofeos, junto con el concejal de Festejos, Hugo Pérez al final del descenso. A la hora de la salida, no lucía por completo el sol, pero la temperatura, de 31 grados centígrados, invitaba al baño.
En las jornadas previas a las fiestas, las peñas del pueblo habían trabajado para dar lustre a estas carrozas acuáticas que cada año ganan en calidad, en participación y en puesta en escena. En buen ambiente es imposible, puesto que las ganas de fiesta y el humor ribereños son insuperables.
Hasta la salida en la calle de la Vega había llegado una locomotora y su vagón flotantes, con hasta veinte peñistas de Rule Rule transformados en coristas, fogoneros y pistoleros, venidos del salvaje Oeste. A diferencia de lo que les pasó en 2013 con su caravana del desierto, el tren ha flotado perfectamente, conduciendo a todos sus integrantes hasta el puerto de La Isla, situado cuatrocientos metros aguas abajo del Tajo. Aviones flotantes, una bella representación del senado romano y sus laureles, una réplica de la Oktoberfest alemana, “el hundimiento de la selección española”, racimos de uvas flotantes o una réplica de una actuación del gran Julio Iglesias, “the best artista in the world”, según gritaban los peñistas, se fueron haciendo al agua sucesivamente, compitiendo en ganas de pasarlo bien. Detrás de ellos bomberos, mafiosos, chulapos y chulapas, gancheros, el lago de los cisnes y una fiesta ibicenca completa entre otras representaciones, además de aquellos que decidieron hacer su “estaribel” particular para bajar el Tajo.
Los marineros de agua dulce provocaron la sonrisa, a veces la carcajada, de cientos de trillanos apostados sobre el puente y las orillas del río, hasta su destino final. La charanga Cubalibre le ponía la banda sonora a los chapuzones en el río Tajo, mientras lentamente el agua les llevaba al final de la travesía. Unos se mojaban a otros en un difícil equilibrio hasta que al filo de las 14:30 horas comenzaban a llegar al puerto de La Isla las primeras naves. Allí todos los participantes han compartido el aperitivo, unos minutos antes de que la comisión entregara los premios.
En primer lugar cada “estaribel” recibió un premio por su participación en el descenso del Tajo. A continuación las peñas votaron las mejores barcas por el Tajo del año 2014, cuyo premio ha sido un jamón para cada una, a compartir en las peñas. La mejor ha sido el tren del Oeste americano de Rule Rule. Su “fogonero” era Jorge Pérez Bodega, el trillano volador –es piloto de Iberia- que hoy se echaba al agua con sus amigos de siempre, después de preparar durante muchos días su barca todos juntos. “Intentamos lucirnos cada año, y superarnos. Hemos tenido un percance de equilibrio a la altura del puente, en lo que venía siendo el vagón, que ha acabado con nuestras chicas en el agua, aquello parecía el hundimiento del Titanic, pero lo hemos pasado muy bien, y volveremos a sorprender el año que viene”, decía después de recoger su premio.
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