Milmarcos celebró el pasado sábado la inauguración del Teatro Zorrilla. Se trata de un antiguo edificio que Santiago Muela reconvirtió en teatro en 1931 y que sus herederos han cedido ahora al Ayuntamiento. SIGUE
Fue en otro tiempo símbolo del poder económico y cultural de Milmarcos y, tras años de abandono que han causado un gran deterioro, el actual equipo de Gobierno, al frente del cual se encuentra Fernando Márchan, decidió recuperarlo. La rehabilitación se ha realizado respetando la estructura original e intentando ser fieles a los detalles del viejo teatro. Es de planta rectangular, con un gran escenario, y cuenta con capacidad para unas 200 personas, distribuidas en el patio de butacas, palcos laterales y anfiteatro. Es el único teatro de la comarca de estas características.
El sábado fue un día de fiesta para los milmarqueños porque, tras más de 50 años cerrado, el escenario volvía a recuperar el esplendor de antaño; “hasta se creó una compañía lírico-dramática por parte de la banda de música en los años cuarenta para representar comedias y hacer baile”, rememoraba el alcalde durante su discurso como ejemplo de esa época.
Fernando Marchán escribió para la ocasión una pequeña pieza teatral en la que viejas almas del lugar recordaban algunos de los espectáculos aquí representados y se felicitaban por la reinauguración. La Banda de Música de Milmarcos, dirigida por Francisco Roy, interpretó algunas piezas, entre las que sobresalen el pasodoble ‘Milmarcos’, compuesto por Virgilio Marchán, y el ‘Pollo, Pollo’ de Milmarcos.
Al final del acto oficial de inauguración se descubrió una placa conmemorativa con la que el pueblo quiere mostrar su agradecimiento a la familia de Santiago Muela por su colaboración.
Las obras de rehabilitación del teatro se han financiado con fondos propios y el Ayuntamiento está a la espera de que le sea concedida una subvención que ha solicitado al Grupo Leader para la cubierta.
“En estos tiempos de sequía cultural, esta Corporación, en contra de corriente, apuesta por la cultura como base de desarrollo de los pueblos. La música, el teatro, las bellas artes, la poesía, la literatura, etc., etc., son elementos necesarios, vitales podríamos decir, para una sociedad más tolerante y más libre; ‘ser cultos para ser libres’, decía Carlos Puebla en una de sus canciones”, subrayaba el alcalde.
El sábado, Milmarcos cumplía parte de un sueño, ver abierto el Teatro Zorilla. Falta una segunda parte: dotarlo de contenido. El objetivo es llenarlo de actividad durante todo el año, y para ello el Ayuntamiento lo pone a disposición de compañías y asociaciones culturales de toda la provincia.