La columna de Economía de Arturo García
Miércoles 22 de octubre de 2014
Los hechos son que las finanzas portuguesas están en quiebra, después de varios años de mucho gastar. Lo que la Unión Europea y el FMI dicen es que prestarán unos 80.000 millones de Euros a Portugal si este país recorta gastos y aumenta ingresos .La manera de recortar gastos que se está negociando es: recortar prestaciones; reducción de las pensiones por encima de 1.500 euros y su congelación -excepto las mínimas- en 2012 y 2013; la reducción en las transferencias a autoridades locales y regionales; rebajar los costes de los hospitales en 200 millones de euros; cortar sustancialmente las d deducciones fiscales para gastos relacionados con la salud, incluidos los seguros privados; concentrar los servicios de especialidades y de urgencia de los hospitales;
reducir en educación 195 millones de euros; el subsidio de desempleo será recortado a la mitad y pasará de tres años a 18 meses; la plantilla de empleados públicos deberá reducirse a un ritmo anual de 8.000 puestos de trabajo; disminución del número de ayuntamientos; paralización de grandes obras públicas, etc. La manera de aumentar ingresos es: incremento de los ingresos fiscales a través de cambios en la estructura del IVA; privatizar la aerolínea TAP, la energética EDP, Redes Energéticas Nacionais y el banco BNP, etc.
Para tratar de poner orden en estos hechos, debemos recordar que de los 78.000 millones que se están barajando para prestar a Portugal, 52.000 millones corresponderán a los europeos (UE y BCE), y 26.000 millones al Fondo Monetario Internacional. Lisboa deberá pagar un interés de entre el 3,25% y el 4,25% por el tramo de los préstamos procedentes del FMI, mientras que la UE todavía no ha fijado el tipo de sus créditos (será previsiblemente algo más alto).
Para comenzar, Portugal acepta el rescate de manera voluntaria. Nadie le obliga. Lo acepta porque lo prefiere a la alternativa que tiene: la quiebra. Para continuar, estos Organismos Internacionales le van a prestar dinero a la mitad de lo que le cuesta a este país acceder a préstamos. Y para terminar, si las finanzas de Portugal están en peligro y necesitan ayuda, será más bien por sus gobernantes y no por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (aunque éstos últimos no estén exentos de responsabilidad).
Igual que en España, si la economía española va mal, la culpa no es de Aznar, Bush, Ronald Reegan y Margaret Thacher (como algunos han repetido), sino más bien de quien haya estado los últimos años en el gobierno del país. ¿O no? Y la culpa tampoco es de la crisis internacional, que ha afectado a muchos otros países, y no sólo no han sido rescatados, sino que ya están creciendo.
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