Cartas al Director
Miércoles 22 de octubre de 2014
Estos últimos días “de reflexión y voto” los he pasado entre la puerta del sol de Madrid y la plaza mayor de Guadalajara. Si algo une a todos los que estábamos allí, es que la clase política tiene que cambiar. En estas plazas hay una “conciencia colectiva” clara: unir a todos para cambiar aquello que no funciona del sistema. ¿Estaremos perdiendo una gran oportunidad de retocar el sistema? Presiento que después de lo sucedido, todo seguirá igual, la mayoría de la sociedad no ha querido salir a decir que este sistema no funciona, no salió a decir ¡BASTA YA!, no ha habido una respuesta masiva que tire por tierra los argumentos de nuestros “entes” políticos.
La participación en las urnas buscando el mal menor o el voto de castigo y el poco apoyo de esa otra sociedad española, que se queja pero no apoya ni actúa, tira por tierra la finalidad de este movimiento que nació el 15 M. Hoy el voto legitima a nuestros políticos y hace fracasar a los que hemos estado por allí. Votar y no acudir a estas plazas desprestigia cualquier intento de presionar a la clase política. La indignación contra una mala representación no puede pasar por las urnas, no se puede quedar en el salón de casa, tiene que ver la luz y salir de paseo por las numerosísimas plazas que aún intentan airearla.
Después de este día de elecciones, todo seguirá igual o peor; ahora saben que no hay un clamor popular general, que no hay una conciencia colectiva fuerte, que no hay una respuesta masiva aplastante. Es una pena derrochar oportunidades como esta, no habrá muchas y ellos, la clase política, sabrán manipular y minimizar lo sucedido en su propio beneficio.
Antonio de Miguel Antón. Guadalajara
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