Revista de Prensa
Miércoles 22 de octubre de 2014
Tener que abrir la mochila o el bolso, descalzarse y ser cacheado puede en cinco años pasar a la historia. Un proyecto avalado por IATA sustituirá los arcos de seguridad por pasarelas en las que se detectará de forma automática la presencia de líquidos o explosivos. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha dado a conocer en Singapur una maqueta con el proyecto conocido como el «Punto de Control del Futuro». La escena futura recuerda al filme «Desafío Total», en el que Arnold Scwazenegger cruzaba un pasillo de seguridad que identificaba rápidamente una pistola y hacía saltar las alarmas.
Los pasajeros revivirán esta secuencia de ciencia-ficción en un futuro en el que tendrán que atravesar un arco de seis metros de largo en el cual serán inspeccionados para comprobar que no portan sustancias prohibidas o armas.
El sistema está conformado por un «cóctel» de escáneres que exploran rápidamente los zapatos y el equipaje de mano para comprobar la presencia de líquidos y explosivos.
«Los pasajeros deben acceder a la puerta de embarque con dignidad», reconoció el director general de IATA, Giovanni Bisignani.
Las aerolíneas están buscando formas de recuperar a los pasajeros que se han dejado intimidar por las medidas de seguridad de los aeropuertos, a menudo irritantes, y que han optado por viajar en tren, barco o automóvil. De esta forma, la institución planea recuperar parte de las pérdidas registradas en el sector este año.
En el prototipo de la IATA, los pasajeros se clasificarán en base a los resultados de una evaluación de riesgo llevada a cabo por los gobiernos y que se implementará en el pasaporte a través de un chip. Los pasajeros «de bajo riesgo» podrán atravesar el área de control más rápido, aligerando así el promedio actual de 35 minutos. Los pasajeros «de alto riesgo» serán sometidos a una inspección completa del cuerpo mediante los escáneres.
Un obstáculo para el mecanismo propuesto por IATA es que los gobiernos pueden ser reacios a compartir información sobre los pasajeros de fondo, según ha reconocido Ron Noble, secretario general de Interpol, la agencia policial internacional con sede en Francia.
El sistema podría comenzar a ser implementado en los aeropuertos en un plazo de cinco años.
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